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—¡JungKook!

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—¡JungKook!

El chillido agudo llamando su nombre lo sacó de sus divagaciones. El aula de matemáticas ya está vacía, solo quedan él y su hermana, quien está de pie frente suyo extendiéndole su liviana mochila, con apenas un cuaderno y un jodido lápiz medio mordido, ja; no ayuda para nada al estado bastante impaciente en el que de por sí ya se ve ella. Él simplemente se limitó a recibirle la mochila, mordiéndose la lengua para no responderle.

—No sé qué es lo que te pasa —JiHyo no esperó a empezar a despotricar apenas salieron por los pasillos de la escuela camino al estacionamiento—. Hoy más que nunca estás en tu propio planeta —y aunque lo dijo con sus típicos chillidos, esto último se le escapó con una sonrisa sarcástica que JungKook no pudo pasar por desapercibido. Lo que lo tuvo chasqueando la lengua inmediatamente, sacando de su bolsillo las llaves de su camioneta.

JiHyo se dirigió rápidamente a su asiento en el copiloto, abrochándose el cinturón de seguridad mientras JungKook se acomodaba en el piloto; de un momento a otro notando la misteriosa sonrisa maquiavélica en el rostro de su hermano, que la hizo soltar el broche ya acomodado con las manos temblorosas.  Automáticamente, tuvo un jodido escalofrío.

—¿Qué pasa? —preguntó ceñuda.

—Kim no regresa con nosotros hoy —JungKook de verdad se atrevió a responder con una risita estúpida.

Y el gran bufido que soltó la Omega fue inevitable.

—¿Alguna vez conociste alguien más idiota que tú? Lo dudo.

—No me digas que no prefieres regresar a casa sin un sermón de por qué el profesor de geografía lo odia.

—Pues... no es como si Tae no tuviera un punto, el señor Han de verdad lo odia. Le quitó todo un punto en el examen del ciclo pasado solo porque lo terminó muy rápido.

—Ja, merecido, la próxima vez debería contener un poco su necesidad de atención.

Para ese momento, lo único que pudo atinar a hacer JiHyo fue negar con la cabeza, apretando sus labios para no soltarle a su hermano un comentario burlón sobre que TaeHyung en definitiva es el centro de su vida, sería LA imprudencia. Por favor, todas las conversaciones con su hermano el día de hoy solo se han basado en ese rubio prepotente, incluso en plena clase de matemáticas; JungKook nada más se ha dedicado a soltar estupideces, odiar a TaeHyung abiertamente, y a ella le tocó ser la racional, como siempre, la abogada del vecino. Pero bueno, JiHyo prefiere mil veces llegar a su casa sana y salva que a un JungKook a la defensiva conduciendo por ahí como un loco.

—¿Entonces va la barbacoa en la piscina mañana? ¿A quién vas invitar? —el azabache le preguntó, haciéndola sacudir la cabeza levemente.

Por Qué Te Odio. >> KookV. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora