Joyas de la familia

Capítulo 1 : Sorpresas

Era una noche fría y lluviosa cuando sucedió; ese repentino golpe en la puerta. Al principio, pensó que podría ser un cliente interesado, pero ya había pasado las horas de cierre. 11:30 pm, para ser exactos. Las luces de la tienda estaban apagadas y había un aviso en la puerta con el horario comercial publicado. Cualquiera se acercaría a la puerta, miraría las horas y volvería más tarde. Esto despertó la curiosidad de Dante, que apenas comenzaba a acostarse. Sin embargo, él sabía mejor que eso. ¿Quién sabe? Alguien podría estar en peligro y acudir a él en busca de ayuda. A pesar de la voz en su mente que decía ignorarlo y desmayarse, el cazador sacudió la cabeza y comenzó a caminar penosamente por las escaleras. Los extremos de sus pantalones de pijama se deslizaron contra el piso con cada paso que daba, y soltó un bostezo mientras agarraba la manija de la puerta.

"Devil May Cry, ¿en qué puedo ayudarte?"

   Dante se quedó allí en silencio por lo que vio, conmocionado por la cara mientras miraba la figura que arrojaban las gotas de lluvia. Allí, en su puerta, estaba Vergil. Su hermano gemelo mayor, justo en la carne. Dios, ¿cuánto tiempo había pasado desde la última vez que lo había visto? No pudo haber pasado más de un año, al menos. Vergil parecía una mierda absoluta, y las bolsas bajo sus ojos hablaban por sí mismas. Se cubrió con una capa marrón irregular, el aliento salió en ligeros estremecimientos, el aliento teñido mostrando cuán amarga era la temperatura. Una mano se apretó alrededor de Yamato, y la otra sostenía ... ¿Era eso ... un bebé? Se mantuvo debajo de la capa, a salvo de la lluvia y protegida del frío con una manta envuelta alrededor de su cuerpo. Sus ojos estaban cubiertos, los labios separados suavemente, lo que significaba que estaba dormido. Dante tardó un tiempo en procesar la información que tenía frente a él antes de que el viento lo sacara de sus pensamientos y se le pusiera la piel de gallina debido a la falta de una camisa. El hombre de cabello blanco miró de un lado a otro muy rápido, asegurándose de que nadie hubiera estado siguiendo a Vergil, o de que estuvieran en peligro antes de que él abriera la puerta para dejarlos entrar. Una vez dentro, la habitación se iluminó con una simple lámpara al lado En su escritorio, cerró la puerta y volvió a cerrarla. Los ojos azules cayeron rápidamente sobre Vergil, mirándolo retirar la capucha de la capa, su cabello completamente desordenado. Vergil tomó una mano y se la pasó por el pelo, dándole el aspecto característico por el que Dante lo conocía. El hombre de cabello blanco miró de un lado a otro muy rápido, asegurándose de que nadie hubiera estado siguiendo a Vergil, o de que estuvieran en peligro antes de que él abriera la puerta para dejarlos entrar. Una vez dentro, la habitación se iluminó con una simple lámpara al lado En su escritorio, cerró la puerta y volvió a cerrarla. Los ojos azules cayeron rápidamente sobre Vergil, mirándolo retirar la capucha de la capa, su cabello completamente desordenado. Vergil tomó una mano y se la pasó por el pelo, dándole el aspecto característico por el que Dante lo conocía. El hombre de cabello blanco miró de un lado a otro muy rápido, asegurándose de que nadie hubiera estado siguiendo a Vergil, o de que estuvieran en peligro antes de que él abriera la puerta para dejarlos entrar. Una vez dentro, la habitación se iluminó con una simple lámpara al lado En su escritorio, cerró la puerta y volvió a cerrarla. Los ojos azules cayeron rápidamente sobre Vergil, mirándolo retirar la capucha de la capa, su cabello completamente desordenado. Vergil tomó una mano y se la pasó por el pelo, dándole el aspecto característico por el que Dante lo conocía. su cabello un completo desastre. Vergil tomó una mano y se la pasó por el pelo, dándole el aspecto característico por el que Dante lo conocía. su cabello un desastre completo. Vergil tomó una mano y se la pasó por el pelo, dándole el aspecto característico por el que Dante lo conocía.

"...¿Vergil?"

"Hola Dante". Vergil hizo una pausa antes de hablar de nuevo. "Ha pasado algún tiempo, ¿no?"