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Después de comer pensaba que se sentiría mejor pero no, ni siquiera probó su comida y tampoco el postre de vainilla que pidieron su acompañantes. Durante el almuerzo todo fue pláticas acerca del pasado de YoonGi con Baek, ambos hablaban como que fueran una pareja y no se despegaron en ningún momento.

Hasta fueron al baño juntos.

Se estaba cansando así que regresaría a la habitación a descansar un poco, pero antes de que informara de su decisión, YoonGi lo tomó de la mano y la besó.

—Jimin... ¿Te molestaría si nos pasamos todo lo que queda del día fuera del hotel? Es que Baek está interesado en conocer más lugares.

—Y tú serías un buen guía ¿No?

— Aunque te burles, ya he estado por todos estos lados.

—¿Siempre viajas Oppa?

Baek se metió a la conversación.

—Sí bebé siempre he viajado y Japón es uno de los lugares que más conozco.

—Wow... Oppa es el mejor ¿No es así Hyung?

—Así es... —respondió Jimin—pero YoonGi, yo quiero regresar al hotel.

—¿Por qué? ¿Pasó algo grave?

—Oh, no.

—Entonces?

—Es solo... que me duelen un poco los píes—mintió.

—Oh... Pero cariño estamos en nuestra cita ¿podrías aguantar un poco mientras visitamos algunos lugares?

—Por favor...

Baek puso sus dos palmas de la mano juntas y lo miró como perrito regañado.

NO.

—Bien. Vamos.

- 😑 -

Caminaban por las alegres y transcurridas calles de Japón, el clima era bastante relajante para los turistas debido a que no hacía tanto sol, sin embargo el calor era casi insoportable.

El bullicio de la gente regresando a su trabajo en grandes mazas solo hacían que la cabeza de Jimin quisiera explotar. Si bien, él no era tan viejo como para querer pasar acostado con los pies al aire pero tampoco era un jovencito con demasiada energía. Se encontraba en un punto de equilibrio donde solamente le interesaba ejercitarse y leer.

En cambio Baek era un niño rebosante de alegría y buen humor, saltaba y se reía en alto cuando YoonGi le contaba algún chiste o alguna vieja anécdota.

YoonGi no le negaba nada. Si Baek quería ir de la mano entonces el peliverde obedecía soltando la mano de Jimin, haciendo al lado metido de la acera al pequeño pelinegro como todo un caballero.

Si Jimin quisiese tomar su otra mano tendría que arriesgarse a que lo arroyara algún camión.

Y aún no tenía tantas ganas de morir.

Llegaron a un puesto que Jimin la describe como preciosa, todo en aquella tienda gritaba alegría, estaba lleno de colores pasteles. Desde el mínimo papel hasta un cuaderno contable. Todo era adornado con detalles de flores y estampado de caricaturas.

Jimin estaba babeando por entrar a aquella tiendita a la que nunca más volvería, moría por poner sus largos dedos por aquel diario que le llamaba con ansias.

Todo estaba bien, todo iba tomando un rumbo un poco mejor hasta que la tienda de enfrente deslumbro los ojos de BaekHyun. En el mostrador descansaban varios dulces y chocolates verdaderamente llamativos.

Te compro a tu novio | YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora