1

2K 71 24
                                    

Cap. 1: El duque

La vida en el pueblo era bastante tranquila, era un lugar calmado, donde los pocos habitantes que habían, convivían en total armonía. Sus paisajes eran hermosos, bellas praderas, hermosos ríos, flores de las más hermosas tonalidad; era un lugar de ensueño, pero era un lugar olvidado. La gente de hoy en día, no le interesaba un bello campo de flores, sino un paseo en lujosos carruajes por Hyde Park o si querían ver plantas podían acercarse a los jardines de Vauxhall; la mayoría de las personas se la pasaban en Londres y sobre todo para las dos Temporadas, esas épocas donde la nobleza se desplazaba de sus casas de campo hacia la urbe londinense, para asistir a fiestas, presentar a sus hijas en oferta matrimonial y esperar conseguir la mejor unión.

Ese era el ideal de toda joven, ser presentada en sociedad y cazar a un buen esposo. Para eso educaban a toda señorita, para que fuera las esposas perfectas y adecuadas. Y para eso sería presentada Kagome éste año. Sin embargo ella quería mucho más, ella quería amar a alguien, no solo ser vendida a quién ofreciera más por ella. Kagome quería vivir un amor como el que vivieran sus padres, su padre había amado a su madre con pasión, sin haberle importado que la familia de ella no fuera de la nobleza, la había querido por lo que era y eso mismo quería ella.

- Kagome, levántate tenemos cita con la modista… - dos perfectos toques en su puerta la despertaron, se movió un poco entre las sabanas de su cama y luego se sentó – Apresúrate, no podemos llegar tarde… - su hermana entró en su habitación, caminando como si se tratara de una reina.

- Lo sé Kikyo, dame unos minutos y estaré lista – se levantó de la cama aún con los ojos entrecerrados y se encerró en el cuarto de baño, allí se mojó su rostro con el agua helada de la palangana.

- Solo apresúrate o me iré sin ti…

- Ya lo sé… - contestó exasperada, no le gustaba mucho ir con la modista y menos si su hermana insistía en madrugar para hacerlo.

- Haz lo que quieras – dijo Kikyo antes de marcharse y dejarla sola.

Pero como no quería aguantar un sermón más, se organizó con rapidez y en media hora estuvo en la puerta de su casa. Su hermana estaba allí, colocándose el par de guantes que le tendía el mayordomo y un sombrero que cubriera su rostro del sol. Ella siempre era pulcra y refinada, una perfecta dama, como se esperaba de la hija de un vizconde y la viuda de otro.

- Hasta que por fin llegas – dio media vuelta y caminó con su cabeza en alto para salir de la casa e ir hasta el calesín tirado por dos caballos, que esperaba en la puerta

- Adiós señor Darby – se despidió del mayordomo, no sin antes tomar los guantes y el sombrero que le tendía

- Hasta luego Milady…

Una vez se subió al carruaje, se sentó frente a su hermana y comenzó a colocarse los guantes y el sombrero para cubrirse del sol, se suponía que la nobleza no debería tener la piel tostada por los rayos del sol, se consideraba de impuros.

- Nunca conseguirás un esposo si te comportas de esa manera – dijo con reproche su hermana, ¿y ahora que había hecho?

- La persona que me quiera, me querrá como sea – contestó Kagome desviando su mirada a la vista que ofrecía la ventanilla.

- No digas tonterías, mi padre se revolcara en su tumba con oírte decir eso… - prefirió no decir nada, no quería discutir una vez más.

La dichosa visita a la modista era sagrada para Kikyo, al menos una vez por mes, y lo era ahora mucha más, pues la temporada de Londres estaba a un par de meses de comenzar y los dos años de luto de Kikyo habían terminado hace un par de meses; además esa sería la primera temporada de Kagome en Londres, sería presentada en sociedad a sus dieciocho años, hubiera sido antes tal y como Kikyo fue presentada a sus diecisiete, pero como Kikyo estaba de luto y no podía ir a la Temporada y ella no permitía que fuera en compañía de nadie, tuvo que esperar un año más.

𝑬𝑵𝑮𝑨Ñ𝑨𝑹 𝑨𝑳 𝑫𝑼𝑸𝑼𝑬  ✨  𝔦𝔫𝔲𝔶𝔞𝔰𝔥𝔞✨Where stories live. Discover now