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Cap. 4: Marcas.

No supo porque uso ese nombre, pero fue lo primero que vino a su cabeza, cuando se topó con el par de ojos dorados.

- ¿La conozco? – el hombre la soltó con suavidad y se alejó dos pasos de ella para mirarla.

Kagome no podía decir palabra alguna, tenía un nudo atado en su garganta y su corazón latía demasiado rápido, dolía; sus manos sudaban y una ola de calor la recorrió, haciéndola tambalear. Con agilidad el volvió a estabilizarla y la miró preocupada.

- Estoy bien… - musitó mirando una vez su rostro.

Él era Inuyasha, era muy parecido a Sesshomaru, tenían los mismos ojos y eran igual de altos y robustos, lo único diferente eran sus cabellos, Sesshomaru era más castaño, mientras que él tenía los cabellos negros, un poco más largos y rebeldes.

- Su excelencia… - un emocionado mayordomo bajó las escaleras con rapidez, pero sin perder su porte – Es un milagro… - dijo mirándolo.

- No es para tanto Totosai – sonrió con suavidad y puso una mano en su hombro - ¿Dónde está mi madre?

- Está en sus aposentos, sufrió un desvanecimiento cuando su primo vino a avisar de su regreso…

- ¿Sesshomaru?... ¿está aquí? – Totosai negó y comenzó a guiar al duque escaleras arriba.

- No, estaba, pero creo que se fue… - dijo el anciano – Voy a pedir que preparen un baño, usted suba con su madre…

- Gracias Totosai, estoy hambriento… - dijo antes de seguir subiendo – Por cierto, la señorita… procure que le den algo, estuvo a punto de desmayarse

- ¿Disculpe? – preguntó Totosai y Kagome se tensó en su puesto, él se refería a ella.

- La señorita, estuvo a punto de desmayarse…

- ¿Usted se refiere a la duquesa? – Inuyasha miró a Kagome y luego de un segundo asintió.

- No sabía que hubiera visitas, lo siento mucho, pero hoy no vamos a recibir a nadie… - se disculpó con Kagome, lo que hizo que él anciano se perturbara.

- ¿Usted se está refiriendo a la duquesa?... ¿a su esposa? – intervino el anciano preocupado.

Ella hubiera querido, decir algo, interrumpir al impertinente mayordomo, pero estaba demasiado nerviosa y su boca parecía pegada.

- ¿Qué dijo?... – bajó las escaleras que había alcanzado a subir y se detuvo delante de ella – Ella… ¿es alguna clase de broma?

- Eh… No, su excelencia, la señora es…

- ¡Hijo!...

Los tres viraron sus cabezas, para ver con la duquesa bajaba corriendo las escaleras, para lanzarse a los brazos abiertos de su hijo.

- Mi Inuyasha, estaba tan preocupada cariño… - encerró su rostro entre sus manos y peinó sus cabellos con amor - ¿Estás bien?...

- Lo estoy mamá, sólo estoy cansado y con ganas de un buen whisky…

- Estaba tan asustada – lo abrazó una vez más y luego volvió a cerciorarse de que estaba bien.

- Ya no tienes por qué estarlo… - sonrió y le dio un beso en la frente.

Kagome pensó que esa era la oportunidad para salir de ahí. Pero cuando trató de moverse, la voz de la mujer la detuvo.

- Kagome… - la mujer fue hasta donde ella y la abrazo – Mi hijo ha vuelto, te lo dije…

𝑬𝑵𝑮𝑨Ñ𝑨𝑹 𝑨𝑳 𝑫𝑼𝑸𝑼𝑬  ✨  𝔦𝔫𝔲𝔶𝔞𝔰𝔥𝔞✨Where stories live. Discover now