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Cap. 10: Acercamiento.

- Has estado muy callada desde que salimos de la tienda – las palabras de Kikyo cayeron a oídos sordos; en ese momento lo único que cruzaba por la cabeza de Kagome, era la imagen de la hermosa mujer junto a Inuyasha – Pensé que lo sabías, además no sé porqué te pones así, es normal que un hombre tenga amantes, incluso después de casados mantienen una – aseguró su hermana.

- ¿Puedes llevarme a la casa?... – no quería ir allá, pero la presencia de su hermana era insoportable, era claro que Kikyo le había contado todo aquello con intención de fastidiarla.

- Claro – le dio instrucciones al cochero por una pequeña que conectaba hacia afuera – Y bien… ¿Le dirás sobre el dinero?

- ¿Cómo quieres que haga eso?, tú sabes la serie de acontecimientos que me llevaron a casarme con él, no puedo pedirle dinero Kikyo y mucho menos la cantidad tan importante que tú dices que es...

- Bueno, sé que te ha comprado obsequios, vestidos y joyas como la que llevas en el cuello – ante la mención del objeto, Kagome aferró el capullo de rosa entre su mano – Estoy seguro que él no querrá oír que la familia de su esposa está en quiebra y él no hizo nada por ayudarlos

- No lo haré – intervino enfadada – Lo siento mucho, pero no tengo nada con ese hombre, lo que hay es un matrimonio falso que será disuelto en breve – le recordó – Así que vendemos la propiedad, conseguimos un prestamos o solventamos la pérdida y esperamos a recuperar el dinero con lo que nos den las tierras de Essex…

- ¿Has pensado lo que harás cuando te separes de él?

La pregunta de Kikyo la tomó con sorpresa. Eso era algo que no se le había pasado por la cabeza, ¿qué haría una vez saliera de esa casa?; tal vez regresar al pueblo y vivir encerrada allí de por vida. El divorcio era inconcebible, el escándalo sería tremendo y ella como mujer sufriría todo el peso de la sociedad.

- Me quedaré en la casa del pueblo – contestó con suavidad, ya se imaginaba su vida de destierro, de seguro enloquecería.

- De reina a exiliada – soltó Kikyo con dramatismo – Si fueras más despierta, atraparías al duque y no tendrías que preocuparte por un futuro…

- No haré eso… - por suerte el carruaje se detuvo frente a la casa Lancaster y Kagome se apresuró a bajarse.

- Kagome por favor trata de que el duque nos ayudé, aunque sea con tan solo una parte – le pidió por última vez.

- Veré que puedo hacer – bajó del carruaje y esperó que el carruaje de Kikyo se fuera para entrar.

- Buenas tardes su excelencia – saludó Totosai cuando le abrió la puerta - ¿Cómo estuvo su mañana?, su excelencia el duque, pidió que se reuniera con él en su estudio…

- Me fue bien – sonrió al anciano – Tengo un poco de jaqueca, así que veré al señor cuando me sienta un poco mejor… - se apresuró a subir las escaleras, la última persona que deseaba ver era a Inuyasha.

- ¿Hay que llamar a un doctor?

Cuando estaba por alcanzar el último escalón hacia la segunda planta, la ronca voz de Inuyasha la detuvo en seco. Sin saber que decir permaneció inmóvil, escuchando los pasos de Inuyasha quien comenzó a subir por la escalera.

- Entonces, ¿llamo a un doctor? – se detuvo un escalón bajo ella y esperó porque se diera la vuelta y lo mirara.

- No es necesario, creo que sólo necesito descansar – finalmente volteó a mirarlo y trató de mostrarse incomoda mientras se llevaba una mano a su sien – Lamento no poder hablar con usted, pero en el momento en que me sienta…

𝑬𝑵𝑮𝑨Ñ𝑨𝑹 𝑨𝑳 𝑫𝑼𝑸𝑼𝑬  ✨  𝔦𝔫𝔲𝔶𝔞𝔰𝔥𝔞✨Where stories live. Discover now