Capitulum Quatre

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JiMin quiso darle un golpe al sujeto delante de él, aún así por alguna extraña razón no lo hizo. Pero el hecho era de que le incomodaba demasiado que el tal Suga lo llevará jalando de la mano, ambos caminaban al centro del pueblo, la gente que pasaba les miraba en desaprobación, incertidumbre y repudió, algunos incluso decían cosas muy incómodas he hirientes que no hicieron más que poner a la defensiva al príncipe que no entendía del todo que sucedía y la razón por la cual Suga lo llevaba de esa manera.
No estaba bien visto que dos Alfas se tomarán de las manos, tampoco que tuvieran una relación tan cercana al punto de andar de las manitas por ahí, la sociedad parecía despreciar que existieran ese tipo de personas que no les importaba su lado receptivo, simplemente no era bien visto, aunque ya se conocieran casos.

Eran gente que solo se negaba a aceptar que el mundo cambiaba, y que la forma de pensar y razonar también iba cambiando. Y sobre todo que las personas se aceptaban tal cual era, solo que como siempre, no faltaba quien no aprobará eso.
JiMin suspiro, en gran parte porque tenía miedo de la reacción de las personas, no le gustaba que mal interpretarán sus gustos, no era un lobo desviado, mucho menos alguien que estuviera dispuesto a ser un Delta, no estaba en sus planes algo como eso.

Pero sin embargo, la mano que lo sujetaba no le molestaba del todo, tampoco es como si su lobo estuviera a la defensiva, como siempre aquel animal que vivía en su interior estaba dispuesto a estar en su contra, como ahora, donde meneaba la cola alegremente sin importarle que otro alfa tomara el control.

——Puedo caminar solo, no es necesario que me lleves como a un niño pequeño. —comento JiMin cuando escucho insultos a su persona, Suga rió de manera divertida sin darle importancia a lo que la gente dijera.

—¿Te da pena?. —le pregunto con esa misma pizca arrogante. Incluso le miró por sobre su hombro, el otro alfa le observaba con un destello de diversión y provocación, parecía bastante cómodo jodiendole los sesos.

—No está bien visto, no está bien. —contesto JiMin viéndolo mal, Suga le sonrió levemente. El rubio le soltó de la mano, en ese mismo instante JiMin sintió una punzada en su pecho. Y su lobo aulló tristemente cuando ya no hubo cercanía.

—Claro niño Alfa, las apariencias son primero. —hablo con diversión—. En todo caso te tomaba de la mano para que no te me escaparás. —aclaro moviendo las manos elegantemente—. Por si se te olvida, tienes tres monedas mías en tu poder. —el príncipe lo fulminó con la mirada.

—Eran mías antes. —le recordó con molestia.

—Tu mismo lo dijiste, eran. —recalco, el Alfa le hizo un gesto para que lo siguiera, JiMin frunció el ceño un poco, ese alfa altanero parecía divertirse en darle  órdenes. Sin más, le siguió por el pueblo, JiMin miraba todo el lugar con mucha más atención que antes, se sorprendió demasiado al ver que habían guardias civiles por casi todo el pueblo, pero estos, no parecían estar haciendo su trabajo. Incluso vio a un grupito divertirse mientras bebían.

Se supone que no debía pasar eso.

—Extraño. —susurro, en el castillo, el siempre miraba a los guardias hacer su trabajo, siendo siempre serios y al servicio del rey sin llevarle la contraria, los observaba por los pasillos, siempre en silencio, mirando a un punto vacío, carentes de emociones, pero siempre atentos a cualquier cosa. Esos guardias de ahí, eran lo contrario, unos irresponsables.

—¡Llegamos! —exclamo. JiMin dio un salto al igual que un grito del susto. Miro al frente, Suga señalaba un local comercial frente a ellos—. La panadería. —El menor se mordió los labios con nerviosismo, aún no sabía cómo le iba a hacer para conseguir pan para un mes con tan solo tres monedas de cobre—. Andando niño alfa, debemos negociar con el viejo panadero.

Prueba De Fuego. © |JimSu|Where stories live. Discover now