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— ¿Que él qué...? —preguntó un miope, confuso.

—Si, se enfermó ayer, aún no sabemos que tiene —Puerto Rico se encogió de hombros.

— ¿Al menos lo llevaron a un hospital o algo? —se preocupó Alemania, pensando en la situación del dominicano—. Digo, no pudo haberse simplemente quedado en su casa, ¿O si?

—Canadá le trajo un doctor, no sé ni cómo.

Tras del alemán, Japón y China escuchaban atentamente cada palabra del boricua.

Ellos tres no se quedaban a dormir en el hogar del dominicano, puesto que llegaron de últimos a la primera reunión y a la hora de la hora ya no tenían espacio.

"Es normal olvidar la existencia de tus conocidos en momentos de tristeza, ¿No es cierto?"

—Hay que ir... —China propuso, su tono de seriedad sorprendiendo a los otros tres, quienes por un momento olvidaban su presencia.

—Llevémosle algo, tal vez así se sienta mejor —Japón alzó su mano derecha.

—Ver para creer —se encogió de hombros el de pasado Nazi.

Y los cuatro emprendieron el paso hacia la casa donde todos aquellos países seguían estando.

Alzando Vuelo [Countryhumans]Where stories live. Discover now