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— ¿Y si mejor dejamos esto y dejamos que se vayan todos a sus respectivos territorios?

—No es algo que nosotros podamos decidir así de fácil.

—Quiero que esto se acabe ya.

El moreno se acomodó en su respectiva cama, apoyando su cabeza en ambos brazos, boca arriba. Un suspiro de parte del de origen taíno alertó a su acompañante.

— ¿Te sientes bien? —La preocupación teñía las palabras de Polonia. Pese a todo, intentó disimularlo.

—Realmente no —miraba al techo fijamente, repasando lista en los puntos causados por la irregularidad irremediable del empañetado—. Me duele la cabeza, y siento como si me fuera a caer en pedazos en cualquier instante.

—Caerte en pedazos, ¿Eh?... Supongo que debería ser algo normal para nosotros.

—No es normal.

—Si lo es, porque no somos humanos.

— ¿No somos humanos?

Una carcajada de parte del polaco encendió las mejillas del dominicano, quien sabía con certeza que la oscuridad impediría al europeo notarla.

—Somos países, países que se comportan como humanos y nacieron en un cuerpo humano por cuestiones que nunca sabremos. Pero no somos humanos, somos algo más importante y poderoso que se mueve en base a sus ideales. Y a veces... Los humanos olvidan sus propias ideas.

—Brutal.

—Ni tanto.

—Tu tienes demasiado tiempo libre, ¿Verdad?

—Y casi un milenio de vida.

Alzando Vuelo [Countryhumans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora