Mi nombre es Christian Grey, tengo 27 años y soy el reconocido multimillonario y soltero de todo Seattle. En la actualidad, me considero un hombre frío, solitario y amargado. Esto es por dos razones: mi desconfianza hacia las mujeres, y lo otro es...
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'POV' ANASTASIA.
Alguna vez a en mi vida me han llegado a preguntar; ¿Cómo hago para tener siempre una sonrisa tatuada en mi rostro?. Yo, simplemente respondería que durante todo este tiempo he ido aprendiendo muchas cosas; entre ellas está, aprender a vivir en una montaña rusa llena de sentimientos, emociones y situaciones. La cual para mí, significa que vida solo hay una, y está hay que vivirla al máximo, con una sonrisa y no lamentarnos constantemente por lo que pudo o no pudo ser.
Mi nombre es Anastasia Rose Steele; y a mis 22 años, soy graduada en Literatura Inglesa. Mi vida no ha sido fácil, hubo diferentes situaciones durante toda mi vida que me hicieron aprender a madurar siendo casi una niña. Perteneciendo a un matrimonio, donde fui concebida con amor o eso creía yo.
Toda mi vida he crecido en una familia, que poco a poco se fue llendo a pique. Como alguna vez dijo mi padre Raymond Steele, cuando ya no hay amor las cosas no terminan bien. Y si que lo creo, pues al menos de su parte si lo hubo. Sin embargo, no puedo decir lo mismo de mi madre Carla Adams; para ella eso no fue suficiente, ya que siempre hacia sentir mal a mi padre porque no podía cumplir sus caprichos, desde ese entonces he desarrollado un cúmulo de sentimientos nada agradables hacia ella.
Hace aproximadamente 4 años; Carla, se volvió una extraña para nosotros. No reconocía ha aquella mujer que me dio la vida. Mi padre ya no veía en ella a la mujer de la cual se enamoró en su juventud. Ella nos abandono; no sólo a mi y a mi padre, sino que se fue dejándonos; a lo que hoy en día, es lo único bueno que le podía haber quedado en toda su vida. Amanda Steele. Mi pequeña hermanita Amy.
A decir verdad, nos hizo un gran favor al irse, pues realmente nunca la necesitamos. Mi padre nos saco adelante a Amy y a mi. Y demás esta decir, que él nos dio el amor suficiente, cosa que a mi madre le faltó darnos. Ray y yo pudimos darle a mi hermanita todos los cuidados y el amor que ella necesitaba; el cual me jure, nunca le iba a faltar. Suficiente tuvimos con el amor y dedicación que nos daba mi padre, y por supuesto también el mío.
Puedo asegurar que fuimos muy felices los tres; juntos, como familia, pero nadie me había preparado para lo que venía tiempo después. A mi padre; Ray, le diagnosticaron cáncer. Y aquella enfermedad nos afecto muchísimo como familia, pero yo; siendo su hija mayor, lo apoye en todo, pues era mi padre, y a él no lo iba a dejar sólo nunca. Le hice ver que una enfermedad no iba a poder ni con él, ni con nosotros; y, que íbamos a salir adelante.
Lamentablemente; con el pasar de los meses, su enfermedad empeoró. Cuatro años después, mi padre fallecía, dejándome totalmente desecha, pues era el único hombre más importante de mi vida. El que me cuido, protegió y amo con todo su corazón, nos dejó. Y me dolió en el alma darme cuenta que ya nunca más volvería a ver a mi padre.
Desde entonces, tuve que ver por mi hermanita; y aunque aún me sigue doliendo la partida de mi padre, siempre tuve presente que si alguna vez llegaba a sentir que me caía, tenía que aprender a levantarme miles de veces, por Amy, por mí. Y esta de más decir, que no estaba en mis planes ser como Carla, que nunca le importó nada. A mi pequeña nunca le faltó ni le faltará amor y así seguirá siendo siempre, ya que estaba dispuesta a sustituir el título de madre que Carla dejo tirado, y sí que lo hice. Amy; ha sus 4 añitos, me ve como una figura materna, a pesar de saber perfectamente que soy su hermana.
