Capítulo 4

3.5K 493 109
                                    

Unas pequeñas bolas de papel me hicieron quitar los audífonos.

Escuché una risa, probablemente la risa más bonita que haya escuchado. Provenía de la celda.

—¡Hey marica! Hace media hora que te estoy llamando. —dijo mi vecino de celda.

—¿Qué quieres? —respondí de mala gana, levantándome.

Me quité todas las bolitas de papel y me acerqué a la ventanilla que conectaba las dos celdas; un chico claramente teñido de rubio, piel pálida y ojos gatunos me miraba con una sonrisa que no me gustaba para nada.

—Min Yoongi. ¿Qué nombre tiene esta mierdita?

—Jimin. Y no soy una mierda, soy bellísimo. —él rió; estaba claro que se estaba burlando.

—Veo que tú no tenías ningún espejo en casa —él rió de nuevo, yo estaba intentando mantener la calma—. ¿Nunca te han dicho que pareces un puto algodón de azúcar con ese color de pelo todo rosa?

—No, pero si tuviera a la mano una de las zanahorias que comí esta mañana, te tiraría una en la cabezota.

Si tenía que vivir con este chico por no sé cuánto tiempo al lado mío, les pediría que me cambiarán de celda.

—Yo tengo una, ¿quieres probar mi zanahoria?

—Perdona, pero nunca he probado cosas tan pequeñas.

—Oh dios mío, ¡eres tan gay! —volvió a reír, con más ganas.

He cambiado de idea: su risa no es la más bonita que he escuchado en mi vida, es la más fea.

—¡Cállate pervertido! —y con eso terminé la conversación, me estaba cansando de ese tipejo.

Sí, lo estaba odiando.




PRISONERS. ➸yoonminWhere stories live. Discover now