PRISONERS. ➸yoonmin

Capítulo 29

Me acosté en la cama de la chica –muerta– que hace pocos días vivía aquí.

Gemí por el cansancio para después sentir la cama hundirse en la parte donde se estaba acostando Yoongi.

Se acercó a mí, acariciando el tatuaje que tenía a la altura de mis costillas, donde había escrito "Nevermind".

Y nos quedamos en ese silencio, con ese vacío que denotaba los más pequeños de los gestos y esas palabras mudas que solo nosotros podíamos escuchar.

Había conseguido el número de un primo de Jungkook, Yoongi había encontrado el dinero que guardaba la antigua propietaria de esta casa, y le dimos lo suficiente para pagar y dejar salir al pobre de mi amigo.

Pensé en mis padres, esas personas que nunca me han aceptado por ser homosexual. Claro, yo no quiero matarlos como lo ha hecho Yoongi, pero nunca me han venido a visitar al reformatorio.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por Yoongi que me abrazaba, como si supiera que estaba pensando en mis padres. Le había comentado que me habían rechazado, y él se había limitado en abrazarme cuando vio que, en el fondo, eso me dolía.

Y pensé de nuevo: que se jodan mis padres.

Yoongi no era un gran romántico, eso había que admitirlo, pero sabía hacer valer hasta el más insignificante de los gestos. Porque, la verdad, las acciones hablan más que mil palabras. Él, con cada abrazo, conseguía transmitir esa sensación de "hey, estoy aquí".

Dejé un pequeño beso en su barbilla. Dejé otros besos en sus labios y en las mejillas.

Me tumbé encima suyo, acariciando su ahora oscuro cabello.

Observaba cada detalle de sus ojos, notando pequeñas cicatrices en la cara. Me había comentado que en los cuatro años en la cárcel, había tenido más de una pelea con otros prisioneros.

—Me gustaría congelarme así, aquí y ahora. Congelados pero vivos, mirándonos, con el corazón latiendo fuerte, calentándonos… —apoyé la cabeza en su pecho, sentí el latir de su corazón, listo para encontrarme y abrazarme.