PRISONERS. ➸yoonmin

Capítulo 6

Miré esa mierda que yacía en el plato, acompañado de un pedazo de pan, intentando adivinar el nombre de ese alimento.

Una mano se apoyó en mi hombro, me giro encontrándome a Yoongi con las esposas, seguido de un policía, supongo que es el guardián de mi vecino de celda.

—¿Algodón marica, está libre este sitio?

El policía miró asustado a Yoongi y a mí, asintió y se alejó un poco.

El chico con la mano apoyada en mi hombro tenía todavía las esposas.

—Siéntate pajero. —respondí.

Se acomodó a mi lado y empezó a comer lo que había en ese plato, que no se podía considerar comida.

—Eres un principiante, deja que te explique las reglas. Confía en mí, estoy aquí dentro desde hace tiempo. —me aconseja.

—¿Por qué tendría que confiar en un pajero? No lo necesito, adiós y gracias.

—¿Quieres sobrevivir aquí? —preguntó dejando el tenedor en el plato.

No respondí.

—Bebé, quiero solo ayudarte. Por ejemplo, si no comes ahora, no comerás en todo el día. Así que te conviene tragar todo esto.

Me quedé bastante sorprendido al escuchar ese "bebé" salir de su boca, dirigido a mí; supongo que lo dijo solo con la intención de hacerme entender que soy un novato en esto.

Me pasó el plato con mitad de la comida que había originalmente, yo retení el vómito que sentí subir por la garganta.

—¿Por qué estás aquí? —me preguntó, con toda la calma del mundo.

—¿Y por qué tú tienes las esposas? —rebatí.

—Eso no es de tu incumbencia, algodón idiota. ¡No es tu jodido problema! —gritó, haciendo que las otras persona presentes se giren a mirarnos. Sentí todas las miradas clavar mi espalda como cuchillos.

Empezó a enfadarse, su cara se volvió poco a poco del mismo color del uniforme. La expresión angelical que poseía hace pocos segundos desaparece.

Se levantó de golpe, dando un puñetazo contra la mesa. Agarró el tenedor de plástico y lo levantó.

—¡No otra vez, Min! —gritó el guardia que antes estaba detrás de él.

Quiso golpearme con el tenedor, pero el guardia le agarró del brazo y lo empujó hacia atrás. Llegó rápidamente otro hombre a ayudar a llevárselo de ahí.

Ví cómo lo arrastraban hasta desaparecer detrás de la esquina, dirigidos a una habitación que nunca había visto.