•MI HABITACIÓN•

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LUCAS, como Dani Garcia 

LUCAS, como Dani Garcia ❤

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CAPITULO 1:

-Lucas-

Los pequeños destellos de luz que se filtraban a traves de las cortinas junto al estruendoso ruido del despertador de Mario eran el aviso de que un nuevo día había empezado.

- Mario -dije con voz áspera- Puedes apagar ese cacharro?
-Mario! Dije un poco mas alto.

Pero nada... este chico tenia un sueño de la mas profundo y eso era algo que había descubierto en las pocas semanas que llevábamos de convivencia. Mario era un chico bastante guapo, con su pelo rubio y sus ojos azules ya eran mas de dos las conquistas que había echo con el poco tiempo que hacia que habíamos empezado la universidad. No eramos amigos ni nada por el estilo simplemente compañeros de habitación que se llevan medianamente bien porque no tienen otra opción.

Antes de dirigirme a la ducha desayune algo rápido, ya que no me gustaba ducharme con el estomago vació.... Manías mías..... mas tarde prepare mi mochila con los libros de las materias que tocaban ese día mientras observaba como Mario seguía durmiendo profundamente, seguramente volvería a llegar tarde aunque no seria la primera vez, ni la ultima.
Pensé en decirle algo, pero descarte la idea rápidamente al recordar como había reaccionado la ultima vez que le había despertado para que no llegara tarde, yo lo hice con todas mis buenas intenciones para nada pretendía fastidiarle ni nada por el estilo aunque el no lo vio así.
Por eso fue que esa mañana salí de la habitación sin apenas respirar y intentado no hacer ruido con la puerta al cerrarla.

Me dirigí a clase lo mas rápido posible aun sabiendo que tenia tiempo de sobras, me gustaba ser el primero en llegar y poder elegir con total tranquilidad el asiento mientras sacaba los libros y ojeaba la lección de ese día, digamos que me gustaba tenerlo todo bajo control.

Unos minutos mas tarde la clase empezó y los alumnos que iban llegando fueron ocupando los asientos sobrantes. Mario, por supuesto, llego tarde. Después de la bronca monumental del profesor y de la mirada asesina que me propino, Mario finalmente se sentó.

El resto de la clase fue tranquila, todos mis compañeros seguramente dirían que fue aburrida solo hacia falta fijarse en sus caras.... Pero a mi me fascino.

Cuando el timbre toco todos mis compañeros salieron corriendo del aula como si sus vidas dependieran de ello, yo, en cambio me tome mi tiempo para recogerlo todo ordenadamente y para felicitar al profesor por la clase, después de eso me dirigí a la cafetería.
Mi libro de economía era mi único acompañante ese día, normalmente a la hora de la comida solía sentarme con los chicos y chicas del club de ajedrez, de echo había planteado apuntarme, pero ese día tenían un torneo muy importante no se donde así que me conforme con comer solo.

Mis clases habían acabado por hoy, de echo solo tenia clases por las mañanas y después me esperaba una larga tarde de nada, no me importaba no tener planes, nunca me importo podía pasarme horas y horas leyendo sin cansarme aun leyendo el mismo libro en bucle, por eso no llegaba a comprender la necesidad de otros por salir todas la noches y beber hasta reventar, en el poco tiempo que llevábamos, Mario había llegado alguna que otra vez borracho a la habitación. Los primeros días intentaba convencerme para que saliera con el de fiesta pero se canso de invitarme cuando se dio cuenta de que siempre respondía lo mismo " ¿Va ayudarme en mis estudios? No, ¿Va ayudarme a mejorar como persona? No, Gracias Mario pero no me interesa" Yo era feliz con mis libros y por el momento no me había ido nada mal sacaba buenas notas tenia una madre orgullosa de su hijo... así que por el momento no necesitaba nada mas.

Después de comer me dispuse a irme a mi habitación para repasar un poco la clase, estudiar y repetir apuntes, cuando me di por satisfecho me puse a leer.

Al rato Mario llego a la habitación, no le di importancia ya que supuse que se ducharía y se iría, como siempre. Pero esta vez no fue así, se quedo mirándome fijamente como si pretendiera leer mis pensamientos o algo por el estilo.

-Pasa algo?
Pregunte al ver que no pretendía dejar de mirarme.

-Nada, nada, solo me preguntaba como no podías aburrirte, te he visto leer ese libro unas tres veces esta semana.
Dijo atónito.

-Mi madre me ha enviado los libros que se quedaron en casa, no tardaran en llegar. Pero mientras tanto estoy bien con estos.
Dije sin ni siquiera apartar la vista del libro.

Aunque Mario tenia razón y me sorprendió que se hubiera dado cuenta. En casa tenia una gigantesca habitación repleta libros y obviamente cuando me fui a la universidad no pude llevármelos todos, si hubiera dependido de mi tan solo me hubiera llevado libros, pero mi madre insistió en que me llevara cosa mas importante y que ya me iría enviando los libros. En lo que llevábamos de semana ya me había leído el mismo libro tres veces, cuatro contando esta y no es que me aburriera pero leer otro no estaría nada mal.

-Esta bien, pero siempre puedes ir a la biblioteca de la universidad.

-Ya he ido y me han dicho que hasta la semana que viene no abrirán.

Y era verdad, lo primero que hice en llegar y al darme cuenta de los pocos libros que tenia fue ir a la biblioteca y me dijeron que llevaba tiempo organizarlo todo y que tardarían un poco en abrir, yo incluso me ofrecí voluntario pero me dijeron que no era necesario.

-Lucas estas seguro de que no quieres salir un rato, tomar el sol una vez a la semana no te hará daño.
Dijo Mario mientras se sentaba a mi lado.

Y en ese instante si que levante la vista del libro para mirarle directamente a los ojos, parecía una proposición sincera.

-Si por salir a tomar el sol te refieres a música que destruye tu capacidad auditiva, un local donde todos están enlatados como berberechos y alcohol, no gracias no me apetece tomar el sol.

Mario se puso a reír a carcajadas y yo le mire confundido.

-Tranquilo fiera solo vamos a cenar fuera, venga ven un rato te prometo que no vas a sentirte como un berberecho en ningún momento y si así es seras libre de irte en todo momento.

Dude por unos instantes, pero el rugido de mi estomago vació me traiciono.

-Eso es que si?
Dijo el en tono vencedor.

Que había de malo en salir ha cenar de todas formas no pretendía llegar muy tarde.

-Que conste que no voy ha estarme mucho rato, mañana tengo una clase importante.
Dije levantándome y dejando el libro en la estantería.

-Las mismas que yo fiera, vamos lo pasaremos bien.

Había algo muy adentro de mi cabeza que no dejaba de repetirme que eso era una mal idea y que algo malo iba a suceder, y yo me intentaba auto engañar diciéndome que solo iba a ser esta vez, que solo iba ha cenar y que cuando tuviera a todos mis libros conmigo y la biblioteca abriera nadie seria capaz de sacarme de mi habitación.

Escribiendo música en su piel ©Where stories live. Discover now