•LA CENA•

34 7 4
                                    

CAPITULO 2:

-Lucas-

El restaurante no estaba demasiado lejos de la universidad lo cual me tranquilizo mucho, porque si en algún momento me apetecía volver podía hacerlo sin molestar a nadie.

Desde fuera parecía un lugar de lo mas formal incluso me atrevería decir elegante no me imaginaba que fuera el tipo de lugar donde Mario frecuentase y entonces me di cuenta de lo poco que conocía a mi compañero de habitación.

Al entrar nos dirigimos hacia una mesa que estaba situada al fondo del restaurante junto una enorme ventana mientras una tenue luz y un dulce aroma me envolvía por completo.

Cuando nos sentamos inconscientemente empece a mirar por la ventana a la vez que movía nerviosas las manos debajo de la mesa.

"Solo es una cena, una simple cena" me repetía continuamente "Con gente que no conoces, y si alguno de ellos es un asesino en serie" Decía la parte traicionera de mi cabeza.

-Estos no pueden tardar mucho mas ¿te apetece tomar algo mientras esperamos?
Dijo Mario.

-Un vaso de agua por favor.
Sugerí yo.

Entonces empece a mirar mal a Mario el cual se estaba riendo como si la vida se le fuera en ello.

¿Había dicho algún chiste?

En ese mismo instante apareció una camarera.

-¿Que os pongo chicos?
Pregunto la chica muy sonriente.

Mario me miro por un corto instante y luego respondió.

-Dos cervezas guapa.

Lance una mirada asesina a Mario y antes de que pudiera contestar la camarera dijo:

-Ahora mismo.

Y se fue tan sonriente como había vino.

-¿Dos cervezas guapa?
Repetí sus palabras en tono sarcástico.

-Era guapa.
Respondió el encogiéndose de hombros.

-Yo no bebo alcohol Mario.
Dije un poco crispado sabiendo que me estaba tomando el pelo.

-Lucas una cerveza no se puede considerar alcohol, además no te matara, relájate un poco hombre o al final te sentara mal la cena.

No conteste solo desvié la mirada hacia la ventana de nuevo, aunque Mario tenia razón tenia que relajarme. Una simple cerveza no podía sentarme mal, pero... como iba a saberlo nunca en mi vida la había probado, mejor dicho nunca en mi vida había probado el alcohol a secas.

Intente relajarme mientras memorizaba cada detalle de aquel curioso restaurante.

Un poco mas tarde volvió la camarera con las dos cervezas.

-¿Algo mas?
Pregunto sin perder la sonrisa en ningún momento.

Esta vez me adelante a Mario para que no volviera a jugármela.

-No gracias, estamos esperando a unos amigos.

-Esta bien, si necesitáis cualquier cosa ya sabéis donde estoy.
Dijo mirándome.

-Gracias.
Dije antes de que se fuera.

-Creo que le gustas.
Comento Mario a la vez que le pegaba un buen trago a la cerveza.

-Solo esta haciendo su trabajo.
Dije indiferente.

-Ahora el trabajo de las camareras consiste en mirar intensamente a los clientes, hay pobre ingenuo, esa chica te a desnudado con los ojos.

Escribiendo música en su piel ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora