CAPÍTULO 39

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—Que bueno que Ray nos haya dejado quedarnos a cuidarte Anna

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—Que bueno que Ray nos haya dejado quedarnos a cuidarte Anna. -Pronuncio Gilda.

—Emma insistió tanto que al final acepto que lo mejor era quedarse a hacerle compañía a Norman. -Mencionó riendo.

—No es mi culpa, digo, después todo ya casi es mi boda y no podremos tener una "mega despedida de soltera". -Pronuncio dándole a Anna un bote de helado.

—¿Porqué no? -Cuestiono Anna aceptando aquel bote.

—Porqué quiero que tú y el bebé estén bien. Además no sería nada divertido si tu no estas. -Respondió sonriendole.

Dicen que las embarazadas tienden a ser muy sentimentales, hay que confirmar que tienen toda la razón. Las lágrimas caían por las mejillas de Anna mientras comía aquel helado según ella "para calmar sus emociones".

—Emma... Si no fueras la amiga-hermana de Ray, te consideraría como la mía. -Mencionó Anna entre lágrimas.

—Anna, desde que te convertiste en novia de Ray te volviste mi cuñada. -Dijo Emma acariciando el cabello de la chica.

Gilda se acercó a palmear la cabeza de la chica. —Aparte, todos crecimos en Grace Field y gracias a esa cosa que "manipulo" todo estamos aquí, juntos de nuevo.

Las tres se abrazaron pero aquel abrazo no tardo por mucho ya que se separaron rápidamente como sintieran aquella patadita del vientre de la joven.

—¡Ay cosita hermosa y preciosa! -Exclamó Emma pegando su mejilla al vientre de Anna.

—Emma te emocionas mucho. -Mencionó Gilda.

Anna libero un suspiro con una sonrisa. —No la haz sentido cuando se mueve como loca porque Emma le esté cantando. Incluso si la arrulla se emociona mucho más.

—Creo que ya sabemos quién es la tía favorita. -Mencionó Gilda acariciando su pancita.

Emma río pero se separó para dirigirse a la cocina por un vaso con agua, no era muy común estarse levantando a cada momento, pero Ray había dejado indicaciones específicas por qué Anna ya estaba en su semana 38 de embarazo, literalmente en cualquier momento la pequeña "Issa" podría nacer.

—Emma, creo que tu estas muy nerviosa. -Mencionó Gilda.

—No son nervios, es miedo. -Respondió tomando aquel vaso de agua.

—Chicas, dejemos de lado todo esto y mejor vamos a ver una película o conversar. -Mencionó Anna.

Emma suspiró y asentó para dirigirse al lado de ellas. —Tienes razón.

—¿Y de que hablamos?

— • • • -Silencio incómodo.

Emma comenzó a jugar con sus dedos. —¿Y si nos cuentas sobre "eso"?

TE ENCONTRÉ... [The Promised Neverland]Where stories live. Discover now