El legado Sparda finalmente había desaparecido de la faz de la tierra, las constantes guerras y encuentros globales habían causado grandes destrozos en toda la tierra.
Demonios y Angeles habían reforjado una vez más a la humanidad, la esperanza de q...
Tiempo después, en una tarde de otoño... Las espadas chocaban con fiereza, una espada larga contra una katana, a pesar de que los movimientos eran relativamente lentos pero la fuerza era enorme para cada movimiento, Dante y Vergil... Los hermanos luchaban el uno contra el otro.
Dante empuñaba la espada con la que había acabado con cientos de demonios <Rebellion>. Vergil empuñaba la espada con la cual el mismo Sparda había sellado el mundo demoníaco <Yamato>
El metal chocaba de forma violenta a pesar de que lucían cansados, los hijos de Sparda peleaban mientras 2 personas los veían... Una chica de cabello rubio que llevaba un vestido rojo carmesí. Un hombre de cabello largo peliblanco, cuyo traje era un uniforme antiguo con una cresta de un dragón negro y blanco en la espalda... Ellos eran Claudia y Hector.
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Ellos los veían fijamente, concentrados en los movimientos de los hermanos.
Dante dio un salto moviendo su espada con fiereza a lo que Vergil bloqueo el ataque, la fuerza hizo que ambos retrocedieran, pero Dante se recupero rápidamente y le dio una estocada, Vergil simplemente levantó la hoja de la Yamato para bloquear la estocada, pero el empuje fue tan fuerte que cayó de espaldas unos pocos metros atras.
—Fuuu... Punto para Dante, te ganó por uno —le dijo su hermano levantando su mano con su dedo índice, jadeaba cansado y un poco fatigado, a lo que Vergil se levantaba con mucho esfuerzo usando su espada como apoyo.
—Se nota que no sabes contar... Estamos empatados —decía entre suspiros, a lo que Dante se dejaba caer al piso, era necesario descansar aunque sea unos minutos.
Había pasado tiempo desde que los hermanos finalmente conocieron a aquella persona que los esperaba para prepararlos para la amenaza que debían luchar en un futuro no muy lejano. Pero había un pequeño temor en el corazón de Claudia que crecia con el pasar del tiempo, Hector noto esto y ya sabía cuál era su temor.
—Han crecido mucho no? —hablo ella mientras veían a los hermanos tomando un respiro.
—Si... Creo que puede ser un problema —miro a los hermanos, a pesar de que se encontraban bajo tierra en la gruta donde Hector residía, mismo que estaba cubierto por un escudo que ocultaba la energía de él, Claudia y los hermanos Sparda.
—Si, Valaquia esta en vigilia por los ángeles y... —decía Claudia, estaban en zona dominada por ángeles, demonios y ángeles caídos eran pocos por el país.
—Hmmm... Lo último que necesitamos a ángeles en busca de la muerte de los Sparda —dijo mirando a los chicos, ellos necesitan más entrenamiento para poder defenderse de forma exitosa ante los ángeles, además que los ataques y armas que poseían estos eran mortales para los demonios.
—Bueno, no recuerdas que tenias también una gruta oculta en Japón? —pregunto Claudia de forma pensativa, Hector asintió y notaron que Dante y Vergil se levantaron una vez más, para seguir con su enfrentamiento.
