El legado Sparda finalmente había desaparecido de la faz de la tierra, las constantes guerras y encuentros globales habían causado grandes destrozos en toda la tierra.
Demonios y Angeles habían reforjado una vez más a la humanidad, la esperanza de q...
—Gemelos... Debí adivinarlo —hace pocos días en Rías había despertado una gran curiosidad respecto a aquellos chicos de cabello blanco... Y fue Akeno quien se encargo se buscar información de ellos.
—¿Buchou... Quienes son gemelos? —pregunto Kiba mientras miraba por la ventana, cabe aclarar que ni él ni Koneko se habían encontrado cara a cara con ellos.
—Dante y Vergil... —respondió ella acomodándose en su asiento, mientras revisaba un pequeño informe que había realizado Akeno respecto a estos chicos— Un registro policial? —noto ella que entre las páginas se encontraban las copias de un registro policíaco.
—Si... Al parecer uno de ellos fue encontrado con la frente partida, en un pueblo de Valaquia... —explicó Akeno mientras señalaba en el reporte la información que afirmaba sus palabras.
—Ya veo, ambos abandonados en un pueblo de Valaquia, y fueron adoptados por una dama llamada... Claudia Laforeze, curioso que la hayan aceptado sin la necesidad de un esposo... —opino ella puesto que los chicos no contaban con apellido paterno solo materno.
—Siento haber escuchado en algún momento aquel nombre... —afirmó Akeno sentándose en un sofá mientras llevaba la mano a la barbilla. Con una expresión pensativa, intentaba hacer recuerdo de cuando había escuchado aquel nombre o de dónde le sonaba.
—Y por qué ése interés en descubrir quienes eran Buchou? —pregunto Koneko misma que estaba sentada a un lado de Akeno.
—Solo curiosidad... —dejó el informe sobre su escritorio a lo que de su bolsillo sacó aquel pañuelo— Curiosidad —si había visto bien... Había visto a uno de los hermanos con un pañuelo idéntico ahora ella que tenía, acaso era mucha coincidencia?— Gracias por investigar Akeno, siento causar molestias —se disculpo puesto que la había hecho investigar por simple curiosidad que ella tenía... Realmente era solo curiosidad?
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Mientras los hermanos se encontraban pasado su tarde.... Claudia estaba en búsqueda de respuestas ante ciertos misterios que enmarañaban parte del potencial de nuestros protagonistas. Se encontraba en un laboratorio cuya mayoría de las bases y objetos ahí referían a la alquimia, a su lado derecho estaba una chica, de estatura media y de largo cabello rojizo puesto en coletas, con un hermoso vestido cuyo estilo la hacía ver como una lolita de épocas victorianas.
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—Sin duda estos chicos son casos únicos, siempre quise analizar a los hermanos... ¿Quieres que te de un informe hablado de lo que descubrí en mi investigación? —pregunto ella mientras en sus manos tenía un orbe de energía que en su interior contenía una luz negra que emanaba una esencia púrpura, su tono de voz era melodioso y parecía de una menor de edad.
—En serio hermanita lo necesito —respondió Claudia casi en tono de suplica.
—¡Oki! bien, siempre quise estudiar el arma definitiva de Machiavelli y Mundus... Ahora con el hijo mayor de Sparda que la poseyó aquí me es posible hacerlo, pero comencemos con la base —veía con mayor detenimiento el orbe sus pupilas de notaban su curiosidad y emoción— Dijiste que el hijo mayor de Sparda no puede liberar todo su potencial, no?
