Mi manzanita cruel -Mevie y Malora

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A lo lejos del paramo se encontraban todos los reyes,  todos planeaban encerrar a todos los "villanos" en una isla con una cupula sin magia, para que asi ya no les causaran problemas, en su mira tenian a la reina malvada, Jafar, Cruela Devil y a la que concideraban la mas peligrosa, Malefica la reina del paramo.

Claro, no todos sabian las verdaderas historias de todos, claro que unos fueron villanos, pero no saben el pasado tras esa mascara de villania, que tanto usaban para protegerce de sus miedos, para protegerce del mundo que tanto los habia dañado, y claro que unos mas que a otros.

Un caso era la reina Grimilde, o como todos los reinos vecinos la llamaban, la reina malvada, ella cuido toda su vida como a su hija a la princesa blanca nieves, pero que puedes hacer cuando tienes que reinar un reino sola sin ayuda de alguien, pues descuidas a quienes mas quieres, y eso desencadena una gran serie de circunstancias.

Unas de ellas podrian ser que a la pequeña nieves los empleados del reino aprovecharan del descuido de la reina, para tratar a la pequeña princesa como una simple campecina, ella siempre lo hacia con su corazón de oro que ella tenia, pero tan linda y tierna era que los mas jovenes de los empleados hasta los mas mallores, codiciavan la bellesa de la princesa.

Se dio la ocacion que un dia uno de los sirvientes de la reina un cazador, el mas talentoso se enamoro de la joven niña, este aprovecho un dia que la princesa salio al bosque como cada tarde a recolectar flores, para su madrastra, que ella concideraba como su madre. Cuando el cazador la digui a lo mas profundo del bosque y la acorralo.

- Princesa, me precento ante usted, mi nombre Johan, soy el cazador real, queria darle esta muestra de mis sentimientos por usted, espero que los acepte. - dijo dandole un collar de flores.

- Es muy encantador de su parte pero, yo no puedo aceptarlo.- dijo con pena y tristesa en el rostro.

- Por que, yo, yo le puedo dar todo lo que usted decee, e visto como es su vida miserable, todo por culpa de esa mujer que usurpa su trono.- dijo molesto por haver sido rechasado.

- Retire lo que acaba de decir, mi madre es una gran mujer y reina, todo lo que me a pasado no es culpa de ella, es...- decio mejor callar, pues ya sabia que si decia algo la golpearian como otras veces y ella tendria que volver a mentirle a aquella que concideraba como su madre.

- No me diga que no es culpa de ella, si no fuera por ella, usted tendria una vida feliz, no lo entiende ella es el origen del mal en este reino. - dijo con veneno en sus palabras.

- Eso no es cierto.- dijo tratando de escapar de aquel hombre tan aterrador.

- No usted no ira a ninguna parte, usted me va a corresponder soy lo mejor que jamas va a poder tener.- dijo tomandola de un brazo.

En ese momento de forcejeo la princesa callo por un barranco y se perdio de la vista del cazador, la joven princesa desperto en un claro del bosque prohibido, le dolia una pierna asiq ue fue a refugiarce a la sombra de un arbol, cuando de entre los arboles pudo distinguir lo que parecia ser una cabaña en medio del bosque.

Ella cansada se dirigio a la cabaña en busca de refugio. Mientras tanto con la reina, esta ya estaba preocupada y desesperada, pues por mas que preguntaba por la princesa nadie le decia nada sobre el paradero de la princesa.

- Harold, donde esta nieves, se supone que comeriamos juntas el dia de hoy en la sala principal, y no la encuentro por ningun lado, ella nunca falta a una comida conmigo.- dijo preocupada.

- Lo siento su majestad, pero el cazador Johan nos acaba de informar que la princesa callo por un barranco y se la llevo el rio.... su majestad la princesa murio.- dijo agachando la mirada al decir lo ultimo.

-No!! eso no es verdad, Nieves... mi niña. LARGO, NO QUIERO VER A NADIE.- dijo con la mirada en el suelo y derramando lagrimas cargadas de tristesa y amargura.

Despues de eso ellla se dedico a buscarla, su corazon se obscurecio por la falta de su niña, comenzo a estudiar magia negra, todo para localizar a su niña, pues ella sabia muy en el fondo de su corazon que ella no habia muerto,  hasta que un dia sus guardias mas fieles le trajeron un espejo magico.

-Espejo, espejito magico, quiero saber donde esta la princesa blanca nieves.- dijo con firmeza pero por dentro moria de nervios de solo pensar que esta podria haber muerto.

- Ella se encuentra en una cabaña dentro del bosque prohibido, vive sana y salva con un grupo de 7 enanos, ellos la cuidan bien, pero le an dicho que tu eres malvada, pero su noble corazon no cree en ello mi lady.- dijo el espejo magico mientras le mostraba imagenes de la joven princesa.

- Gracias a dios.- dijo llorando de la laegria, pues podria recuperar a su pequeña.

- Pero ella corre peligro, se dice que ay una bruja que quiere matarla para absorver su belleza, pero tu puedes impedirlo si la dumerges en un sueño del cual podra despertar gracias al beso del mor verdadero.- dijo el espejo.

-Que pero... ella es solo una niña no conoce a nadie, no se a enamorado nunca de nadie.- dijo con miedo por primera vez en mucho tiempo.

-Permitame decirle su majestad que si, ella esta enamorada de un principe y el de ella, ademas si no hace esto, la bruja matara a nieves, pero si nieves esta dormida ella no podra hacerle daño en lo mas minimo.- dijo.

-Bien, lo are, solo para proteger a mi pequeña, espero que no me odie despues de esto, yo solamente busco su bienestar, pero cada vez que lo intento algo falla, pero ya no mas.- dijo decidiada.

Despues de esta charla comenzo su plan, todo salio bien pues se disfraso de una anciana, pero los enanos la reconocieron y encerraron en un calabozo, donde se volvio presa facil para los reyes que planeaban enviar a los villanos a aquella isla remota sin magia.

Pero habia valido la pena, la  reina habia salvado a su pequeña hija, pues supo que el principe la habia despertado con el anciado beso de amor verdadero, ahora ya no le imporaba que pasara con ella pero sabia que su princesita estaria bien y segura de ahora en adelante.

Continuara...