El Huevo de Sandro - Parte 1

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«¿Qué le pasa a este pelotudo? —pensó Cerati, la situación se había vuelto muy extraña»

Por un lado tenía a un hombre inmenso desmayado, a dos bandidos españoles y a otro tipo que estaba en el suelo abrazando algo esférico pero que no se podía ver.

—¡Todo esto es culpa de la estrella que encontró! —dijo Camilo, tomando la estrella de plata y lanzándola contra Cerati. Pero este lo esquivó antes que atraviese su brazo.

—Eso no es mío, es de JoJo —dijo Cerati, apuntando al gigantón dormido.

—No importa ahora, debemos irnos de una vez Camilo —dijo el bandido jefe, que seguía apuntando con su escopeta a Cerati.

Sandro dejó de reír y agachó la cabeza al espacio entre sus brazos que nadie podía ver que era realmente.

—Jefe, esto me está asustando, deberíamos dejar a Sandro e irnos de una vez —dijo Camilo, muy nervioso ya que a lo lejos, un grupo de soldados se acercaba rápidamente a caballo.

—Tenemos que llevarlo, Sandro sabe demasiado —Se acercó hasta Sandro y lo apuntó con la escopeta—. Vamos Sandro, déjate de estupideces, sube a tu maldito caballo y marchémonos de aquí.

El bandido ignoró por completo la orden de su jefe.

—¡Te dije que nos vayamos!

—¡Cállate maldito perro escandaloso! —gritó Sandro.

De pronto, en medio de los brazos de Sandro se formo una espesa neblina color verde. Todos miraban asombrados como se formaba una especie de nube redonda, la cual estalló y esa niebla los cubrió a todos por completo.

—¡Agh! Apesta a podrido —exclamó Camilo. Quien de pronto empezó a tener arcadas. Algo dentro de su garganta lo estaba asfixiando.

—¡Cam...! Waghghaghgh... —El bandido jefe también empezaba a tener las mismas arcadas.

Cerati tenía la nariz tapada pues el olor de esa neblina era espantosa. Para entonces, la neblina se había disipado pero los síntomas no.

—¿Por qué sucede esto? —dijo Cerati. Los soldados estaban acercándose y los bandidos estaban en el suelo, regurgitando algo que tenían en su interior. Cerati comenzó a ahogarse con algo que crecía en su garganta—. Waghghggwaghghgh. —Se arrodilló en el suelo, apretó su garganta e hizo todo el esfuerzo para vomitar aquello que lo aquejaba.

Luego de un minuto, los tres hombres tenían los ojos llorosos y la saliva escurría por sus labios. Hasta que finalmente vomitaron. ¡Eran huevos de colores podridos!

—Puaj... N-no puede... ser... —dijo el bandido jefe mientras recobraba el oxígeno perdido.

Cerati se limpió la boca por la saliva que tenía, el huevo que había vomitado tenía manchas marrones y olía a podrido. Camilo se puso de pie y aplastó el huevo.

—¡Maldita sea! ¿Qué coños sucede aquí? —exclamó el bandido enfurecido. Pero lo que no se percató, es que del huevo que rompió salió una voluta de humo que rápidamente se metió a su boca.

—¡Camilo! —El bandido jefe exclamó, pero no pudo hacer nada. Un huevo más grande que el anterior se formó en la boca de Camilo, quien hizo lo posible por vomitarlo.

—¡Waaghghghgaghghghg! —masculló Camilo, con los ojos llorosos y muy nervioso. Su rostro cambiaba de color por la falta de oxígeno.

Sandro comenzó a reírse.

—Ya veo. Esa estrella otorga poderes a quien sea herido con la misma. —Sandro estaba sentado en el suelo. Las sombras en su cara le daban un aspecto tenebroso—. Con esa habilidad soy intocable, ¡ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja! ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja!

JoJo's Bizarre Adventure: Eternal StoneWhere stories live. Discover now