Capítulo 11

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Resumen: Kuroro logró deshacerse de las condiciones de la cadena de juicio de Kurapika. Los dos se encontraron por coincidencia. Debido a una cierta condición de Nen, Kuroro no pudo matar a Kurapika de inmediato, por lo que tomó al niño para el Genei Ryodan.

Nota: Base de la historia es en el anime: el Ryodan encontró a Abengane, un eliminador de Nen, dejó a GI con Hisoka. Este fanfic ocurre después de eso, y entre el momento en que Gon y Killua todavía estaban en GI, mientras que Kurapika dejó York Shin bajo la orden de Nostrad.

Derechos: Hunter x Hunter pertenece al gran Yoshihiro Togashi-sensei.

Importante: Está historia es de Bonbonpich https://m.fanfiction.net/u/575206/

Capítulo 11 : la clave para desbloquearse

-No lo sé.

Kurapika levantó una ceja. -¿No lo sabes?- Parecía casi burlón mientras se alejaba del hombre hacia la ventana. Miró hacia afuera, incapaz de enfrentar la cara del hombre cuando estaba a punto de preguntar. -No es pena, ¿verdad? Cuando me viste en esa condición...

-No, esos rasgos no existen en mi libro-, respondió Kuroro mientras contemplaba sus pensamientos. -¿Mi respuesta allí no fue lo suficientemente buena para ti? ¿Que solo quiero que regreses, y eso es todo?

Kurapika puso sus manos en el alféizar de la ventana, mirando hacia afuera. La brisa fresca balanceaba ligeramente sus mechones rubios. Kuroro notó que la oreja izquierda de Kurapika no había sido curada. El chico debe haberlo olvidado. Kuroro creía que el niño solo debía haber curado sus heridas fatales, pero no los rasguños y contusiones que dejaron marcas en su cuerpo, debajo de esa camisa de manga larga.

-Se suponía que me matarías. ¿O todavía quieres mi habilidad?- Preguntó Kurapika, ajeno a que el hombre se acercaba cada vez más a él. Jadeó cuando Kuroro rozó los hilos que cubrían su oreja.

-¿Por qué no sanaste esto?- Kuroro tocó su oreja suavemente con la punta de su dedo índice, haciendo que Kurapika se estremeciera.

-Déjalo-, alejó la mano de Kuroro. -Es solo un rasguño.

Kuroro hizo un sonido en su garganta. -¿En serio? ¿Un rasguño que te dejó la oreja rasgada?- Él le devolvió el gesto anterior al niño y le ordenó: -Cúralo.

Kurapika estaba a punto de mirarlo, pero en cambio, parpadeó cuando el hombre levantó la mano, con un arete violeta.

-Cúralo, esta es una orden,- repitió Kuroro con firmeza. -Aún debes obedecer mis órdenes.

Por molestia, Kurapika conjuró su cadena e hizo lo que le dijeron. Una vez que su oreja se curó, terminó mirando de todos modos. -¿Satisfecho?

Ignorando la mirada molesta del niño, Kuroro le puso el arete al niño. Antes de que Kurapika pudiera protestar, dijo: -Quédate quieto-. Y su tono no era exigente, tal vez por eso Kurapika lo admitió a medias. Kuroro comenzó: -Para responder a tu pregunta: ya no quiero tu habilidad.

-¿Entonces por qué?- Kurapika dirigió su mirada al hombre.

-Déjame preguntarte algo. Si pudieras responder mi pregunta, probablemente podría responder la tuya-, respondió Kuroro, retrayendo sus manos una vez que terminó.

El sol también brilla por la noche. Where stories live. Discover now