《uno》

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Editado: 10/07

--- Vamos debemos ir a abajo ---. Dijo uno de mis amigos, Zabdiel, para ser claros.

Aquel que, de un momento a otro, cambió completamente.

Al parecer hoy era un día importante, pues el director nunca recibe a algún alumno.

---. Está bien, vamos --- Dije y me levanté del cómodo silloncito que había en la biblioteca.

Pasábamos nuestro tiempo allí, ya que las clases no eran muy pesadas y el lugar era bonito.

Nos dirigimos a la entrada del internado, ya había gente rodeando el lugar, y en cuanto se abrieron las puertas vimos entrar a un hermoso auto negro, parecía de la realeza.

¿qué estupido niño estaría ahí?

---. Alerta niño mimado y caprichoso --- Dijo Zabdiel a mi lado.

Le di toda la razón, parecía que entraba el presidente de la nación por las puertas del lugar, algo oxidadas y con plantas trepadoras.

El director, un hombre ya adulto rozando la tercera edad, con descendencia latina y ojos verdes, inició su caminata hacia la puerta del lujoso y brillante auto.

Se abrió la puerta y primero bajó un chico castaño claro, con una sonrisa que tenía aires de grandeza y arrogancia, pero no era el único, detrás de él bajo otro chico, este era más delgado, piel bronceada, pelo corto y llevaba puestos lentes oscuros.

El director abrazó al último, dándole unas palmaditas en su espalda, y este le devolvió el abrazo.

---. Que raro --- Dije, Zabdiel me miró, por primera vez lo hacía desde que se bajó aquel chico de sonrisa arrogante y de gorra.

Si, es raro por que el director Colón nunca recibe a nuevos estudiantes y, menos tiene algún contacto con ellos.

[...]

Después de que llegaran esos niños mimados, nos volvimos a los pasillos de la gran escuela.

Probablemente después de que termine el rutinario ciclo de cada día vuelva a mi habitación.

La solitaria habitación, la cual había habitado desde los 13 años, llena de pósters, dibujos, fotos y ropa regada en el suelo.

--- Estudiante Pimentel, por favor venga a la oficina del director ---. Se escuchó por toda la escuela seguido de abucheos por parte de mis adorados compañeros.

Me despedí de mis amigos y caminé hacia la oficina del director. Di unos golpes a la puerta para después escuchar un "pase" dicho desde el otro lado.

Cuando entré vi al director y al delgado chico de lentes y lindos labios.

--- ¿Necesitaba algo señor? ---. Dije tratando de ser lo más educado posible.

--- Así es ---. Comenzó diciendo, haciendo un ademán con las manos para que me sentara ---. Te presento al joven Colón, Erick. Erick él es Joel Pimentel, tu nuevo compañero de cuarto ---. Mi cara se desfiguró al instante. El chico me tendió su mano con una sonrisa, aunque aún llevaba esos lentes de niño pijo.

No acepté su saludo y miré fijo al director.

--- ¡Yo no compartiré mi cuarto con alguien! ---. Escupi furioso, cualquiera diría que mi actitud era de nene de preescolar maleducado y yo le daría la razón.

---. Lo siento joven pimentel, pero lamentablemente nos hemos quedado sin habitaciones ---. Trató de callarme el director.

Era mentira, las habitaciones del ala oeste estaban desocupadas.

El Internado ||joerick|| Terminada Where stories live. Discover now