Desencuentros

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Capítulo 30

Desencuentros

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- ¡Al fin!- celebraba la química, con lágrimas en los ojos- Pokkle, ¿Ves lo mismo que yo? ¿No es un sueño?

- El sueño se hizo realidad- Él le quito las lágrimas del rostro con gentileza- Como el mío. Eres mi sueño, Ponzu.

En respuesta, ella lo agarro de los cachetes y le planto un fogoso beso en los labios.

- Alguien fotografié eso, quedara para la historia- aplaudió Izunavi.

- Aun debemos buscar heridos- recordó el cazador Satotz.

- Y contar a nuestros muertos, que mal- dijo un recién llegado, llamado Goreinu, el segundo al mando después de Tsezguerra.

Poco a poco, los portales de Knov se manifestaron a la redonda y de estos aparecieron algunos cazadores para ver como quedo el campo de batalla, ayudar si era necesario y confirmar si este final era verdaderamente real.

Para todos fue la decisión correcta, excepto para Killua que tenía el presentimiento de que su estratega se lo estaba tomando muy personal.

- Cuídenla bien- mando el rubio, serio.

- No esperaba que hicieran algo así- Dijo un cazador doctor, siéndole otorgada a la desmayada Komugi de mano de Kurapika.

- ¿Lo dice porque se supone que somos los malos de la película?- pico Killua, cayendo como yunque en la charla.

- A decir verdad, sí. Niño blanco, ¿No eres del Pueblo de los Malditos?

- Basta de referencias. Tome a la chica y váyase.

El medico obedeció, poniendo a la jugadora en una camilla junto a otros heridos.

- ¿Porque hiciste eso?

Kurapika dejo de vigilar a Komugi, dándose cuenta que su compañero de ojos azules lo miraba curioso.

- ¿Me preguntas porque la ayude? Quizás fue porque tengo, ¿Cuál es la palabra? Ah, sí, caridad.

- Siempre te sobreexiges por pensar las cosas bien y eso que hace poco tenías todas las razones del mundo para estar estresado.

Killua le enseño su mano, sus dedos los subía a medida que terminaba una oración.

- Desde que nos convertimos en soldados involuntarios, tuviste que soportar cuidarle la espalda a tu rival y encima descubrir que estaba embarazada. Nuestro comandante fue asesinado y te volviste el cerebro principal, ayudando a nuestro guía perdido en su sed de venganza, montando intrigas y planes para todos,...A ver, ¿Qué más? Te pusiste de malas cuando amenazaron de muerte al moribundo Gon y a mí, por quien caíste completamente enamorado, a cambio tu enemiga se te escapo y perdiste tu última muda de ropa limpia. Pese a todo, tuviste tiempo para pensar en una estrategia en la que todos saliéramos bien librados después de la guerra... Nada mal para ser parte de un "escuadrón suicida", ¿no?

El rostro de Kurapika ardió del bochorno. Él era más que consiente de sus problemas personales pero que Killua tuviera el descaro de recordárselos después de todo lo que pasaron era desalentador.

- ¿Hacía falta que me dieras un resumen?

- Seme sincero, ¿Por qué se la dejaste a la Asociación?

- Ella me recordó a un amigo. Tuve un amigo hace mucho tiempo. Era de mi tribu, se llamaba Pairo y era ciego como esa mujer.

El Zoldyck abandono todo intento de aprovecharse de la situación. Ese tono infeliz, la mirada apagada, el énfasis en el "era" se lo decía todo.

Al Estilo del MalWhere stories live. Discover now