🍃 ; ❛❛Maquina de gancho❜❜

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—ˏˋ 🌿°•°• Modern!Au

—Inosuke-kun, mira eso

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—Inosuke-kun, mira eso... —la manga de su camisa, un poco sucia y desgastada, es jalada suavemente por los dedos de Tanjiro e Inosuke detiene su caminar para ponerle atención a lo que el muchacho observa con un brillo inusual en sus ojos. Una maquina de gancho repleta de peluches de gato que variaban en sus diseños, colores y accesorios. Habían un gato doctor, un constructor, una bailarina, un zombie, etc. ¡Eran muchos!, pero Tanjiro solo tenia ojos para el gato calicó que sostiene un pez en su hocico y lleva en su cabeza un pequeño gorrito de chef junto a su respectivo delantal blanco atado a su cuerpo—. Ah...es tan bonito —suspira. Sus manos contra el cristal y la sonrisa vaga en sus labios hace a Inosuke fruncir su ceño y lanzar su mochila al suelo.

—Voy a conseguirlo para ti, Monjiro —rebusca en sus bolsillos las monedas necesarias y las mete todas de golpe. Tiene seis oportunidades para ganarle a esa estúpida máquina y él nunca perdía.

((🌿))

—No te preocupes, Inosuke-kun. Gracias por tu esfuerzo —las manos de Tanjiro en sus hombros lo mecen suavemente para que se levante y deje de aferrarse a la palanca de la maquina. Había perdido contra una estúpida máquina. No podía creerlo—. Mira, tengo dinero suficiente para unas hamburguesas. Esperame aquí, ¿si? —Tanjiro besa su mejilla y corre lejos.

Inosuke maldice en voz baja y alza la mirada entrecerrándole los ojos al gancho que se mueve levemente por el movimiento brusco que ha hecho al soltar la palanca. Observa las letras en rojo que pasan por el tablero y parecen reírse en su cara al formular la frase “¡Uy, estuviste cerca amigo! ¿Por qué no lo intentas otra vez?” con pequeños píxeles y una carita sonriente.

—Jodida maquina de mierda... —masculla entre dientes—. Inosuke Hashibira nunca pierde —una carcajada resuena en el lugar, espantando al niño que se acercaba para probar suerte con los peluches de gato y que ahora corre a los brazos de su madre diciéndole que hay un loco hablando con el juego.

El sonido de sus huesos tronando junto a su risa es escalofriante para quienes no lo conocían. Pero ahora era lo que menos le interesaba, iba a conseguir ese peluche aunque tuviera que fracturarse los huesos para meterse dentro del infernal juego.

—Un poco mas...¡maldita sea! —sus dedos rozaban las orejas del peluches, casi era suyo. La mitad de su cuerpo estaba dentro y ya no podia salir de ahí con las manos vacias—. ¡Si, mierda! —exclamó victorioso. Tenia al gato en su mano y sus brazos dislocados comenzaban a tomar su forma natural otra vez.

—¡Oye, niño, no puedes hacer eso!

—¡Vete a la mierda! —Inosuke agarró sus cosas y de paso a Tanjiro, que caminaba hacia él mostrándole una bolsa de papel marrón donde debía estar la comida.

((🌿))

—Ino...Inosuke-kun, ¿que hiciste? —Tanjiro se apoyaba sobre sus rodillas recuperando el aire que había perdido en la huida que tuvo desde el centro comercial hasta la estación del subterráneo más cercana. Los irises rojos se iluminaron cuando el peluche del gato calicó cayó en sus manos, pero inmediatamente fruncio los labios mirando de manera preocupada al contrario—. ¿Cómo...?

—Dije que lo conseguiría para ti y lo hice, Kamaboko —Inosuke le interrumpe antes de que pueda terminar su pregunta. El de cabellera nocturna regresó a su lugar correspondiente la muñeca izquierda dislocada y Tanjiro tomó su rostro entre sus manos.

—¡No te pedí que dislocaras tus articulaciones para conseguirlo! —la genuina preocupación tomó por sorpresa a Hashibira, que desvío ligeramente la mirada antes de retomarla nuevamente—. ¡Pudiste meterte en serios problemas!

—¡No me importa si es por ti, Tanjiro!

Tanjiro muerde su lábio e Inosuke frunce el ceño con molestia. El muchacho de los aretes de hanafuda bufa soltando el rostro ajeno y se cruza de brazos con el peluche entre manos, mientras Hashibira se agacha en el suelo jugando con el llavero de jabalí que Nezuko —la hermana de Tanjiro— hizo para él.

Kamado observa al gato y sonríe tocando su pequeño sombrerito de chef, acomodándolo correctamente en su cabeza. Lentamente se desliza por la pared hasta estar a la altura de Inosuke y de reojo observa como este tiene un suave tono rojizo en sus mejillas. Su labio inferior sobresale en un puchero no muy pronunciado, pero lo suficientemente perceptible para Tanjiro. Es la misma expresión que ponía cuando su madre lo regañaba de niño o cuando Shinobu-san lo mira después de haber reprobado un examen.

—Gracias —murmura Tanjiro. Su mano se desliza por la nuca de Inosuke y lo acerca hasta tocar con sus labios la mejilla de este—. Pero no vuelvas a hacer eso, tonto —le regaña tirando ligeramente de su mejilla, ganándose una queja de Inosuke.

—Lo que digas —Inosuke agarra desprevenido al otro y con un movimiento brusco ha acercado al muchacho tirando de su corbata hasta que sus labios chocan por un segundo.

—Conseguire uno para ti la próxima vez... —las hebras burdeas se recargan sobre el hombro ajeno. Inosuke oculta con su mano la sonrisa que se forma en sus labios por la cercanía del otro y Tanjiro intenta reprimir el tono carmín que se va apoderando de su rostro.

One-shots y drabbles InotanWhere stories live. Discover now