Sus pies se desplazaban por el lugar y su cuerpo se movía al ritmo de la música urbana. Se empezaba a sentir tan feliz verse bailar frente al espejo. Su hermosa cabellera blanquecina la hacía resaltar mucho más con aquella camisa amarilla equilibrada con prendas oscuras.
Sus movimientos parecían ser ágiles y rápidos, como el de un guerrero de película en combate. Su mirada reflejaba lo dichosa que se sentía al bailar.
De pronto dio una vista rápida a un lado del espejo de pared completa y puedo ver en ella que, en el fondo, muy en el fondo de aquel salón, estaba su profesor de baile y música.
Sus piernas flaquearon y perdió el ritmo. Sus pies se enredaron y cayó al suelo.
El hombre que la observaba con ojos curiosos, con una chispa de emoción y orgullo, pero a la vez evaluadores, al ver aquella escena salió corriendo en dirección a ella.
—¿Estás bien? ¿Te hiciste daño? —su voz varonil, gruesa y sexy sacó de sí a la joven, su alumna.
Ella negó.
—Estoy bien, no se preocupe —logró pronunciar JiWoo un poco nerviosa y con el corazón acelerado.
No entendía lo que le pasaba en ese momento, pero le gustaba el sentimiento. Tan solo si hubiese durado más...
***
JiWoo empezó abrir los ojos lentamente.
—Oh, vaya. Pensé que estabas muerta. Ya estaba llamando para enterrarte y reemplazarte con otra chica igual —pronunció SoMin al darse cuenta que su amiga estaba despierta.
—Demonios, me duele mucho la cabeza —Se quejó, haciendo caso omiso al comentario.
—Cuando te vi ayer quise que me tragara la tierra y más nunca me devolviera, al menos no viva —confesó—. Al parecer la pasaste muy bien anoche, JiWoo.
La joven levantó una ceja.
—¿Recuerdas algo? —cuestionó SoMin, inocente.
JiWoo asintió, dando a entender que no había bebido hasta perder la conciencia, al menos no toda.
—Hasta regañé a los chicos por no querer dejarme disfrutar —admitió.
Antes que SoMin pudiera reaccionar y regañar a la joven por su conducta —recalcando que todavía es menor de edad y que no puede hacer ese tipo de cosas—, su celular empezó a sonar con frenesí.
—Te salvas de esta —revisó el celular leyendo un mensaje de su padre que la solicitaba—. Me tengo que ir. Te dejé un poco de comida, ya le avisé a tu padre que estás aquí y que no debe preocuparse. No salgas y escríbeme si pasa algo —ordenó—. Llamaré a J.Seph para que te venga a custodiar.
—No lo necesito, estoy grande para esas cosas —resaltó con fastidio.
—Pues a esta niña grande se le escapó la situación de las manos —le dio un toque en la punta de la nariz—. Te quiero.
Salió de lugar muy pendiente de su celular para poder llamar a su amigo, luego hablaría con Matthew.
JiWoo se dejó caer en la cama, cansada, agobiada, y a la vez feliz por su sueño. Se sentía maravillada, pues así es cómo se siente con su cercanía. Cada pequeño roce tímido e inocente le hacía sentir viva.
Lástima que estaba casado, con hijos y con unos años encima, tal vez treinta y dos.
Suspiró. Su amor platónico no correspondido.
Había pasado al menos diez minutos desde que SoMin desapareció tras cruzar la puerta de salida. JiWoo se levantó de la cama ya un poco mejor y fue en busca de la comida que su amiga le había preparado y se sentó a comerla tranquilamente.
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4TOXIC ✧ KARD Fanfic
Fanfiction[BORRADOR COMPLETO] JiWoo, SoMin, BM y J.Seph son hijos de mami y papi, cuatro jóvenes amigos muy cercanos que se aman y sobrepasan la amistad, se cuidan pero también se engañan, se manipulan, se celan. Este cuarteto ama hacer travesuras, son...