Capítulo 83: Honor - Cuarta parte

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Jiang Cheng se marchó al día siguiente como lo había anunciado. Lan Wangji y Lan Xichen ya estaban al tanto que los cachorros quedarían bajo su cuidado cuando fueran mayores, pero mientras tanto Wei Wuxian parecía estar demasiado entretenido con ellos como para darse cuenta que ya llevaba un par de semanas en seclusión y prácticamente confinado en la cabaña.

Dicha seclusión fue parcialmente levantada para que Wei Wuxian pudiera visitar la guardería del Receso de las Nubes. Lan Sizhui y Lan Jingyi lo acompañaron la mitad del camino hasta la frontera con el área de las mujeres donde Mu Qianhao y Qi Meilin relevaron a los pequeños jade.

Aunque las mujeres allí estaban algo renuentes a su visita, no fueron descorteses ya que aquel lugar era un santuario para las madres y Wei Wuxian era técnicamente uno ahora. Qi Melin solía pasar mucho tiempo en aquel lugar y era una de las tías en quien más confianza tenían las jovenes madres.

Llegaron a un área aparte donde le pidieron a Wei Wuxian permanecer afuera un instante. Qi Meilin entró y luego de unos minutos indicó que podía entrar, pero que debía ser muy respetuoso con lo que iba a ver y guardar mucho silencio, apenas si se permitía susurrar y solo para lo que fuera estrictamente necesario.

Dentro había varios divanes, sillas cómodas en las que una persona podía estar sentada y recostada ligeramente al mismo tiempo. Solo una de estas sillas estaba ocupada en ese momento y una mujer sostenía entre sus brazos a un bebé muy pequeño que a juzgar por los sonidos que hacía se estaba alimentando. A su lado había una pequeña cuna donde dormía otro bebé. -Este es el cuarto de las nodrizas -susurró Qi Meilin.

Mu Qianhao había dicho que iba a producir leche para alimentar a su bebé y en verdad había notado que su pecho se estaba inflamando cada día más y también Lan Wangji lo había comentado mientras le daba uno de los masajes que la médico les había recomendado. Pero antes había pensado que su bebé tendría que ser alimentado por alguna nodriza y tenía curiosidad pues casi nunca había estado cerca de una madre con su bebé. Escuchaba los soniditos que salían de la garganta del bebé mientras succionaba la leche y se imaginaba a su pequeño Yu. Su corazón latía con mucha más fuerza rebosando de amor por su bebé y deseaba pronto tenerlo entre sus brazos. El día estaba cada vez más cerca.

Se suponía que ver el pecho desnudo de una mujer era un acto de indecencia, pero le permitieron acercarse a ver cómo el bebé estaba prendido de su pezón. No había nada de indecente en aquel contacto, incluso no pudo evitar pensar en la forma que los cachorros se prendían a las mamaderas sustitutas que habían fabricado para alimentarlos. Era tan mágico y tierno al mismo tiempo.

Qi Meiling fue señalando cosas que Wei Wuxian debía tomar en cuenta, la posición de la nariz del bebé, la forma en que debía prenderse al pezón. La nodriza se quejó un poco, pero tras un instante volvió a relajarse. Qi Meiling explicó divertida por la reacción de Wei Wuxian. -A veces muerden.

-Es peor cuando ya tienen dientes -comentó la mujer que daba de amamantar-, pero qué son unas cuantas mordidas si tu bebé está sano. Meiling dijo que ibas a amamantar a tu bebé, ¿cómo es eso posible?

-Bueno... en primer lugar es porque estoy embarazado, no sé cómo explicarlo de un modo simple.

-Sí, supongo que eso es suficiente explicación -rió quedito-. No importa cómo haya pasado, estás por experimentar el sentimiento más sublime de tu vida al ver y sostener entre tus brazos a esa personita que se formó en tu vientre. Hanguang-jun debe estar también muy emocionado, ¿no es así?

-Mmn. Lan Zhan lo está esperando con tantas ansias como yo.

Después de salir de la sala, Wei Wuxian fue aprendiendo varias otras cosas. Aunque muchas de ellas las aprendería bajo la guía de Qi Meilin durante el Zuo Yue Zi, era mejor que las hubiera observado antes de eso. Vio cómo bañaban a un bebé pequeñito que seguía dormido a pesar de que le dejaban caer agua sobre la cabeza. Era un bebé que apenas había pasado su primer mes, por eso era tan pequeñito.

La esperanza de un anheloWhere stories live. Discover now