Capítulo 23

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Capítulo 23


Después de la grata ayuda que Midori le brindo con el maquillaje, Lita se reunió con Masato y su padre para dirigirse a la iglesia y una vez allí sus caminos se dividieron. Ellos se dirigieron a sus asientos mientras ella se reunía con las demás Damas de honor que esperaban con emoción la llegada de Serena.

—Hay chicas siento tanta envidia de Serena— viendo hacia donde culminaba la alfombra roja Natzu soltó un suspiro cargado de romanticismo. —Nada más miren a su novio, se ve tan guapo y distinguido. Ojalá cuando sea mi turno también me toque un buen ejemplar.

—Por dios hermana, ¿Qué cosas dices? Si continúas hablando así pensaras que somos unas solteronas. —Replico Miho con falso espaviento provocando la risa en las chicas alrededor suyo. Bueno, de casi todas, pues Lita, aunque había visto al hombre que Natzu alabo, no pudo compartir su ilusión y pensar en un dulce futuro con otro hombre esperándole a ella en el altar. Simplemente era incapaz de darle otro rostro.

Exhausta por el desvelo y el desgaste que fungía ocultar su tristeza, bajó la vista al suelo y rogo que el tiempo se detuviera o pasara como un parpadeo, pues de no ser de ese modo, ella no estaba segura de aguantar el fuego de su realidad quemándole el alma. Y temía sucumbir a sus deseos y plantarse a media iglesia diciendo me opongo.

—Esa es nuestra llamada —Con emoción en la voz Unasuki se dirigió a todas las damas que rápidamente tomaron sus puestos en la entrada de la iglesia. Todas excepto Lita que parecía no haber escuchado a la peli roja. Aun así, la chica de fuego fue hasta la morena y tomándole la mano la llevo justo al frente para que encabezara la entrada de las damas. Ya consiente de lo que eso significaba y con una mueca que se suponía era una sonrisa, Lita cuadro los hombros alzo la vista al frente mientras esperaba la señal de Kenji para comenzar a andar.

Mientras tanto, a pocos pasos de la imagen principal de aquel santo recinto, Andrew apretaba puños y dientes de ver en las primeras filas al tal Masato Sanhoini reír con comodidad con el padre de Lita.

"Seguramente estarán hablando de cuando sea Lita quien se case" le murmuraban los malos pensamientos haciéndole añicos su sensatez.
"Oh quizás ya hasta tengan un acuerdo de boda también"

—Jamás permitiré eso —susurrando furioso Andrew paso la vista por todos los invitados y busco algo más a que ponerle atención. Y lo encontró.

Justo a media pasillo por el que habría de entrar su futura esposa, estaba Lita. Tan preciosamente arreglada que a él le parecía una de esas princesas que tanto alababa su hermana en las revistas, y el deseo ser su príncipe encantador en ves del ladrón condenado a guillotina que era.

Mientras su boca dejaba salir un suspiro tenso la música que simbolizaba la entrada de la novia se detuvo y una mezcla entre alivio y expectación lo hizo mirar más allá de Lita. Justo donde pudiera estar Serena.

—¿Qué está pasando allí?

Algunos pasos más allá de las damas, Serena alegaba con su padre y con Midori sobre ver de una vez el obsequio de Azumi, por supuesto los adultos no estaban de acuerdo y discutían para hacerla entender que si bien era una tradición muy conocida el que la novia hiciera esperar a su pareja, el exceso de espera no era bueno y al final, justo cuando Andrew había dado dos pasos en dirección a ellos, este se volvió sobre sus pasos cuando Unasuki hizo una señal de que esperara y la marcha nupcial volvió a sonar.

En esta ocasión no fue falsa alarma y al sonido de la melodía las hermosas damas de honor; encabezadas por Lita, entraron sonriéndole a los invitados y dejando a su paso un colorido camino de flores.

Legalmente AjenoWhere stories live. Discover now