EPÍLOGO

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Otro día

Otra noche

Otro mes más

El movimiento suave del viento que recorre aquella tarde era lo suficientemente fuerte para mover el firme y desalineado cabello del pelinegro, quien se hallaba sentado a las afueras de su habitación, pensando sin llegar a algo firme de lo verdadero que quería enfocarse. Tanjirou no despertó después de dos meses cumplidos justo después de unos días, no era algo bueno eso, pero tampoco malo, solo era cuestión de esperar más como había predicho Kochou. Añadiendo eso, Hashibira seguía sin procesar que aun Kamado siguiera en coma, era como un mal sueño vivir estos momentos para todos los que eran cercanos al ojirubi, ya que las esperanzas de que despertara lo mas pronto posible era muy lejanas de lo se esperaba de un principio como sus compañeros.

El humor amargo de Inosuke no se hizo esperar más, y salió a flote ante la disposición de días recorridos después de la noticia, la deploración y la ira de no entender por que el mundo así funcionada era lo que más lo hundía en su miseria de mente poco a poco.

Odiaba a todos ahora mismo.

Sus pies se levantaban con desganes como cada mañana, siendo casi que su cuerpo era arrastrado, pareciendo que el mismo dependiera solo por los pasillos de madera entre el fresco de un nuevo día, era como si fuera un fantasma o demonio. Pensando que ha este paso, el será el próximo en quedarse en coma por utilizar más su cerebro y corazón que instinto animal casi primitiva característico de él, su mente no era otro caso, era igual de negativa que su mismo dueño.

Tanjirou

Ese nombre le daba tristeza ahora mismo recordarlo y enfatizar su imagen en su mente en lo que acabe de un -Ahora-. Shinobu por su parte, con el tiempo del mes anterior actualmente le había restringido los horarios de poder verlo, ya que a que sus palabras, esto podía dañarlo y dejarlo vulnerable de lo que quizás pudiera ser, su muerte si es que llegara a ocurrir, además de haberlo estudiado a lo lejos su estado de ánimo.

- Muerte – Recordó esas palabras de un libro que le había leído Zenitsu hace un mes para entretenerlo de lo que cabe de su bajo humor siendo la voz de la oji morada un eco vacío en su mente, siendo desvanecido ese recuerdo después de querer recordar la parte del libro.

Los jabalís mueren de tristeza si su pareja muere antes, depende mucho igualmente del jabalí; algunos animales de otras especies hacen lo mismo, pero la mayoría suele después ignorar su muerte y conseguir otra pareja para continuar su reproducción y vida.

Recordando ese fragmento solo sintió más enojo por pensar que iba a hacer eso el, olvidarlo.

—no soy un animal—. Su voz mental le hizo recordar ese hecho y siguió caminando en lo que iba a un principio, Tanjirou. Era jueves, podía verlo una hora, aunque sea antes de que de la nada, apareciera la pilar a decirle que se retirara o lo sacaba a patadas; Para esto tuvo que aprenderse los números -del uno al diez era lo que podía- para poder establecer un horario y seguir las reglas de la chica.

Bufo al aire al recordar la sonrisa de doble cara de Shinobu diciéndole que se fuera justo hace dos días de un intento de poder verlo más tiempo. Parecía un pequeño niño queriendo ver a fuerza a su amigo enojándose, casi haciendo berrinche cuando venía ella a decirle que su hora acabo.

—Kanao que te he dicho de avisarnos, también nosotros estábamos preocupados por su condición.

—Pe-Perdón.

𝗖𝗢𝗡𝗧𝗔𝗖𝗧𝗢| ᴵᶰᵒᵗᵃᶰWhere stories live. Discover now