CAPÍTULO 1

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 -...Me... gusta... chico bestia

Era ello, estaba claro, nada podía explicarlo, ya no podía reprimirlo, no podía seguir ocultándolo; me gusta chico bestia, sí, pero... ¿Ahora? ¿Qué debía hacer con este sentimiento? ¿Me lo guardaba? ¿Lo decía? No... eso no, dudo que él se interese en mí de esa forma, debería callármelo, ya se pasaría, de alguna forma porque... tiene que haber una forma...

Me di vueltas por la habitación pensando en lo que me sucedía, ni yo entendía por qué lo hacía pero... ¿Por qué me gustaba? ¿Qué le vi? ¿Eran sus ojos color verde intenso qué transmiten confianza? ¿Su sonrisa que te calma? ¿Su cabello tan sedoso y verde? ¿Su actitud perseverante? ¿Su gran carisma? ¿Sus chistes malos que de alguna forma dan gracia? ¿Su aura de líder, confiable y cariñoso sujeto?... ¡¿Qué era Por Dios?!

Algo pasó por mi cabeza de repente, me dirigí hacia mi mesita de noche; encontré mi espejo, el portal a mi mente estaba en mis manos, posiblemente ahí encontraría la respuesta a mis preguntas, la meditación también era una opción... como sea, debía hallar la forma de calmar esto.

De un momento volví a la realidad, la alerta de crimen estaba sonando estruendosamente y la voz de Robín era apenas audible pero aun así se podía reconocer la frase

-¡Titanes al ataque!

¿Que?

Sin tiempo a cuestionarme, deje el espejo y abrí la puerta de mi habitación, vi a los demás corriendo hacia la salida

-chicos ¿Qué ha pasado?

Chico bestia que iba al último de todos me dijo

-¡Raven! ¡Apresúrate hay alerta de crimen en la calle Santiago!

-¿Qué ha pasado?

-bueno parece que algunos malos despertaron con ganas de robar el banco

Chico bestia siguió su camino a la vez que me preguntaba sobre ese palpitar acelerado y los nervios repentinos que de pronto me dieron ¿Qué era eso? Como sea ahora no tiene tenía tanta importancia, todos debíamos cumplir con la misión

Durante el viaje era inevitable no mirar a chico bestia, estaba convertido en un águila y volaba de forma imponente sobre nosotros.

Al llegar a la escena de crimen, todos nos separamos para cubrir más terreno, no era algo habitual pero por alguna razón Robín dio esa orden, cada uno se dirigió hacia un lado opuesto al inicial, yo debía cubrir la parte trasera de banco, me dirigí hacia ella; Robín nos avisó por el tele comunicador que tengamos cuidado, que a pesar de ser solo ladrones no era seguro fiarse, no le encontré sentido, poco podían hacer unos ladrones de banco.

Estando ya en la parte trasera del banco centre mi atención a los destrozos que tenía la puerta trasera, estaba hecha pedazos e intuí que la habían destruido con un machete que vi en el suelo, también observe unas huellas y dinero caído, era claro que así como habían entrado por esa puerta habían escapado por ella, escuche unos grito a lo lejos y rápidamente volé fui hacia ellos, segura de que aquellos eran los ladrones, al parecer lograron llegar hasta un jardín demasiado grande, no muy lejos del banco, ese era el jardín del gerente del banco, dejaron de ser gritos y se convirtieron en jaloneos, amenazas y disparos ... ¡disparos! Me alerte aún más cuando escuche la voz de chico bestia increpándole a los ladrones y luego un rugido de tigre, sin pensarlo más tomé un portal y me adentré para después aparecer en la escena; solo chico bestia encontró a los ladrones, eran tres y lo tenían rodeado, volando me puse delante de él y tras pronunciar mi mantra me hice un escudo para protegernos de las balas que rápidamente llovieron sobre nosotros.

-Gracias

La voz de Chico bestia me incito a mirarlo, sus ojos reflejaban el agradecimiento por haberlo ayudado, mis mejillas empezaron a sonrojarse y en medio del tiroteo conteste apartando la mirada.

-Las gracias para después... vamos, quitémosles las armas y acabamos con esto

Entonces por encima de mío emergió chico bestia en forma de avispa, no era visible a primera vista por lo cual era difícil pensar que lo habían visto, así que seguí con el escudo a modo de distracción; todo acabo muy rápido, tan rápido que todo se me hizo oscuro y sentí dolor, mucho dolor

ENTONCES...Where stories live. Discover now