El sueño de toda niña es enamorarse y encontrar a su príncipe azul.
Cegadas por las historias de fantasía, pensamos que siempre resulta así de hermoso, que una historia de amor no trae consigo el dolor.
Olvidalo!
Los Príncipes también pueden ser roj...
Ahí se encontraba el, lleno de seriedad y molestia. Justo al frente estaban 4 de las personas que más odiaba, si, odiaba, Meliodas odiaba casi todo lo que veía, sólo había algo que el demonio jamás pudo aborrecer, ese era el rostro de su amada Elisabeth
- Demonio- Mael comenzó a hablar con repudio, nunca lo soportó y no creía que de la nada el joven hijo del Rey demonio quisiera ayudar en su misión
- Meliodas- Le corrigió el rubio, Elizabeth se revolvió en su lugar. Tras horas de insistencia la deidad suprema la dejo estar presente cuando se le informará a Meliodas de su destino
La albina ya lo sabía, hace unos días su madre se lo había comentado
- Como te llames- Respondió seco Ludociel
- Ludociel- Lo regaño Mael, esta era su conversación, esta era su misión, el otro arcángel no tenía porque meterse, el moría de ganas por contarle
- La deidad suprema a decidido acogerte en el Clan de las diosas
- Pero....- Dijo el mismo Meliodas, el sabía que tanta bondad venía con una condición
- Pero como entenderás todas las razas de Stigma te temen- Comenzó a explicar y Elisabeth quería desaparecer, desde que se enteró que ese sería su futuro sólo quería escapar con el rubio, pero eso sería imposible, tarde o temprano su madre o el padre del joven los encontraría
- He matado más de esos clanes que cualquier ejército a demonios, lo entiendo- Dijo seco, ya quería salir de ahí y hacer lo único que le gustaba, abrazar a Elizabeth
- En ese caso entenderás que no podemos aceptarte así como así- Suspiró y en sus labios se formó una sonrisa- La única forma es que contraigas matrimonio
- Que?- Preguntó anonadado, no se creía lo que le estaba pidiendo
- Debes casarte con el ser más puro, honesto y gentil de todas las razas. Sólo llevando a cabo ese matrimonio podremos confiar en que hay algo a lo que te aferras
- Que me estás contando?- Sacó su espada pero fue detenido rápidamente por Elisabeth que se abalanzó sobre él- Elizabeth
- No!- Comenzó a derramar lágrimas- Tiene que escucharlos, ya eres un traidor en el Clan de los demonios y si Stigma no te acepta, sólo tendrás enemigos
- Pero yo.......- Intento hablar pero el carraspido de Mael lo detuvo
- Es una mujer humana, recién acaba de cumplir la mayoría de edad
- Y en sima humana- Bufo- Detesto a los humanos
- Meliodas por favor- Rogó su amada aún en sus brazos, cosa que para nada agradaba a Mael- Es una decisión tomada por mi madre, ya intente hablar con ella pero está decidida a separarnos
- Entonces luchemos- Seguía tratando de sacar su espada
- Es una batalla que no vencerás ni tú- Lo miró segura
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