I - Aparecido

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Por motivos que escapan a su entendimiento, desde siempre ha estado rodeado de gente que es mayor que él. De edad, pues en tamaño es en algunas ocasiones superior. El tema es la edad. Es como si ya no hubieran dragones jóvenes en ningún lugar.

Personalmente a Jungkook -un Nightfury-, no lo molesta, es entretenido ser como el hermano chico. Sobre todo si hablamos en tema del último grupo que tiene. De acogido y fundado de la nada por diversas parados. Tres Alphas, un beta y él que también es Alpha.

Resultaba curioso como aún no se matan siendo de la misma casta en mayoría. Ha visto muchos enfrentamiento a muerte por este tema. Que esta vez sea totalmente diferente le brinda cierta tranquilidad y sentimiento de alegría.

Siente que está en familia a pesar de que ellos no saben mucho de él.

Aun con todo...

—No puedes volar, así que no te alejes mucho.

Se preocupan por él.

Si esto no es la definición de amor familiar, no sabe que es.

Aunque se lo advirtieron se adentró bien profundo en el bosque de la isla en que pararon para dejar a Namjoon descansar. El pobre -un Stormcutter-, está a nada de desmayarse de fatiga. Debido al agotamiento general, los llevó a todos, a Yoongi -otro Stormcutter, pero más colorido-, lo sujetaba con las patas, se merecía un largo descanso por hacer las de mula de carga.

Por la misma situación y dado que él no puede volar, está energético a más no poder. Es bueno trepando árboles de la forma en que sea, por tanto ir saltando de uno a otro es un entretenimiento decente hasta que la fogata encendida a la lejanía por sus acompañantes se apague, señalando al hora de dormir.

Quería soltar un poco de esa hiperactividad sin molestarlos considerando que están cansados y uno de ellos, Hoseok -un Death Song-, muy enfermo.

Brincó de sorpresa por ser testigo de lo que descendía era similar a ver caer una brillante y blanca estrella del cielo. Con la mayor prisa y sigilo se acercó a la zona en lo que sea que fuera eso aterrizó. Por la poca luz de luna es fácil admirar por primera vez eso que tanto se escondía de él en el trayecto de llegar hasta aquí.

Es un dragón blanco, su forma es como la suya, pero... Pequeña, bonita y, nuevamente, blanca.

Perfectamente blanca.

Con ojos azules.

El dragón se sacudió, bostezo y con gesto quizá demasiado coqueto para su gusto dio un par de vueltas en sí mismo, acomodándose hasta echarse hacia atrás boca arriba. Bajó del árbol en que está montado, la hierba es muy alta y le pasa un poco la cintura. A medida que se acercaba escuchaba un ligero craqueo.

Se agachó, un tanto asustado y anduvo con la hierva a la altura de la barbilla hasta que su paso se vio totalmente interrumpido por alguien más que salió de entre la hierba verdosa con apenas brillo.

Sus aletas en la cabeza bajaron, así como se le dilataron los ojos y encogió en si mismo totalmente avergonzado. No tiene idea de hacer. Por el contrario, el otro dragón en forma humanoide ladea la cabeza, con el cabello blanco siendo apenas sostenido por las aletas del mismo tono. Este tiene un rostro pálido, ojos chicos y unos labios muy gruesos de color rosa.

Olisqueó un poco y un gorgoteó salió involuntariamente de su garganta.

Un omega.

—Eres muy tierno—dijo el albino.

Fue imposible decirle nada, pues se retrocedió y perdió entre la hierba. De un brinco estuvo en pie tratando de encontrarlo. Un aroma dulce, semejante al de uvas llamó su atención e inconscientemente empezó a seguirlo con una total prisa. Cuando se encontró a la fuente lo encontró echándose agua en la cabeza a la orilla de un lago. Es bajito ahora que lo vio de pie. Sus alas grandes y cola con aletas redondas, anatomía mucho más elegante que la suya.

Monochrome | KookMin || Book 3#Where stories live. Discover now