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Eduardo.




-¡Ese maldito imbecil de mierda! -grite cuando vi su foto en la portada de la revista.

-Tranquilo, solo está jugando a ser el padre perfecto, se aburría en algunos días, y tú podrás convencerlo de mandarlo a un orfanato.

-¿No entiendes?, ese idiota, acaba de arruinar todo, el plan estaba llendo tan bien y ahora llega ese mocoso.

Ella suspiro dejando su celular en la mesa.

-Créeme, es demasiada presión para él -camino lento hasta llegar a mi lado, tomo el cuello de mi camisa acomodando lo bien- No soportará la carga que es un niño, y cuando eso suceda, tú estarás ahí para convencerlo de mandarlo a un orfanato.

Sonreí con malicia tomado su cintura en mis manos, acercando la a mi.

-Qué malvada eres.

-Lo sé -tomo la revista en su mano para caminar a la chimenea de nuestra casa- Todo saldrá bien, mataremos dos pájaros de un tiro -coloco la revista entre las llamas viendo como se consumían de apoco.

A veces hasta yo le tengo miedo, pero esa es una de las razones por la cual ella es la indicada para ayudarme con esto.

-Espero que así sea -tome mi chaqueta para salir a la disquera y ver a mi inútil cantante.

Conduje rápido saltando varios semáforos, odio el tráfico y no me gusta quedarme esperando.

Lo primero que vi al llegar fue a Sharon bajar de la limusina, pero Emilio no iba con ella como siempre.

-Sharon, querida, que bueno verte -dije lo más amable que podía.

-¿Qué quieres Eduardo?.

-¿Yo?, nada, nada, solo que por ahí me dijeron que le diste vacaciones a tú cantante.

-Así es, creo que se las merece -siguió caminado sin prestarme atención.

-Sí de merecer, todos aquí merecemos unas vacaciones, pero en cambio, Emilio, pues... No creo que él las merezca tanto, verás, tú eres la jefa y Emilio es tú cantante, así que se supone que él debería generar más dinero del que generan los demás, pero no lo hace, tú lo dejas hacer lo que quiera, le das demasiada libertad.

Ella suspiro y asintió dejando de caminar para voltear a verme.

-Tienes razón, Emilio, tiene mucha libertad, pero yo soy quien se la da, y si no creyera que lo merece no se la daría, ¿entiendes?.

-¿Es eso o ya te encariñaste con él?, porque recuerda lo que paso la última vez. Casi te quedas sin trabajo.

-Simplemente creo que se esfuerza demasiado en lo que hace.

¿Esfuerzo?, Ja, él no sabe lo que es esfuerzo, él solo tuvo que cantar bien frente a Sharon para conseguir ser representado por ella. Le dio lastima ver como ese idiota cantaba sin ser escuchado.

-Ay, por favor, es un niño tonto que no sabe hacer nada más que jugar a ser el famoso.

-Mira, no sé en que mundo extraño vives Eduardo, pero no quiero que te acerques a mi cantante, ¿oíste?, porque yo se tus intenciones, y sé que te duele desde el día que me quede con este lugar.

>>Maldita bruja<<. Sonreí.

-No lo merecías -dije entre dientes.

-Oh, claro que lo merecía, y mucho más que tú -recalco lo último cruzando los brazos.

-Bien, bien, solo que cuando ese niño cometa el mismo error que cometió Iris, será tarde para venir y pedirme ayuda.

Frunció el ceño y paro su dedo medio en mi cara, se dio vuelta caminando hacia el elevador.

Sonreí victorioso, ahora se pondrá a pensar en lo que le dije, lo sé bien... La conozco.










Es muy corto lo siento :') pero era necesario.

Espero les haya gustado.

Tal vez suba otro en un rato más, no se, tal vez :3




Atte: Queen




Por Accidente (Emiliaco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora