Capítulo 48

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Caminaba a prisa por el centro comercial, había olvidado por completo el cumpleaños de Freya, me sentía tan culpable. Mañana cumplía años y no había preparado nada para ella.

Me molestaba tanto olvidar cosas o fechas importantes. Hasta ahora le había comprado un reloj que encontré, un par de joyas, un poco de ropa, maquillaje, también le agente una cita gratis para que se hiciera el tatuaje que quisiera. Sé que ama los tatuajes.

Guardaría todo en una caja grande, la llenaría con globos pequeños. Pero ahora lo que necesito comprar no lo encuentro.

Tenía que darme prisa, había prometido a Aarón llegar a las 5 pm a ver una película a casa, tenía treinta minutos para poder encontrar lo que buscaba.

Había recorrido la mayoría de los pisos del centro comercial, solo quedaba uno, mis piernas dolían y mi respiración era golpeada.

Espere a que el elevador abriera sus puertas para buscar lo que necesitaba.
Tome grandes bocanadas de aire, y espere a que el elevador llegará.

Segundos después las puertas se abrieron, estaba por salir cuando una llamada entro a mi teléfono.
Salí del elevador y sin ver quién era, conteste.

¿Bueno?

— Nena, ¿podrías traer más condones? Has estado intensa, arrasamos con todos.

Una rara mueca se formó en mi rostro, no reconocía la voz. Aleje el teléfono de mi oreja y al ver que el número no estaba registrado bufé.

Número equivocado. — Masculle para luego colgar.

Rodé los ojos pero después lo abrí más de lo normal al ver que solo faltaban veinte minutos para las cinco.

Guarde el teléfono en el bolsillo trasero y camine a paso rápido buscando el lugar.

Di un vistazo rápido a las tiendas de mi derecha y cuando estaba a punto de voltear a la izquierda reconocí el lugar que buscaba. Camine hacia él, me detuve en la entrada y con la mirada recorrí por completo el lugar.

"Carl's weapons" Se leía en la entrada con luces LED.

Aquí es.

Me adentre al lugar y me acerque a la barra. Dónde me dispuse a charlar con el hombre que se encontraba ahí.

Tarde aproximadamente veinte minutos en pedir lo que necesitaba, dejando pagado, con el acuerdo de que mañana lo llevaría a la dirección del apartamento y envuelto.

Salí un poco más relajada del lugar, creía que no alcanzaría a pedir lo que necesitaba.

Mientras caminaba de regreso al elevador, busque el número de Aarón en mis contactos.

Aborde el elevador justo en el momento que el contesto.

¿Si?

Hola. — Saludé alegré.

Hola preciosa ¿Dónde estás? Estoy en el sofá, rodeado de chucherías, con la película preparada, esperando a que hagas acto de presencia.

Lo sé, lo sé, lo siento. ¿Recuerdas del regalo especial que quería para Freya?

Ajá ¿Que sucede?

Tarde mucho en encontrar la tienda, vengo bajando en el elevador. Estoy cansada, recorrí todo el centro comercial.

Ay nena, te dije que se encontraba en el quinto piso.

Oh, mierda, ¿enserio?

¡¿De verdad?!

Si. — Rio.

Un par de balasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora