Capítulo 25: Salvando el Tren

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Colt palideció cuando vio una de las flechas apuntar directamente hacia su rostro, con el arco totalmente tensado. Una especie de sombrero o gorro con forma de cabeza de águila, proyectando una sombra sobre su rostro, de tal forma que solo pudiera visualizarse la forma de sus ojos por el brillo feroz que éstos emanaban.


—Tira tu arma, hombre blanco—advirtió el indígena, mientras apuntaba su flecha hacia el rostro del pelirrojo. Su voz era gruesa, pero con un tono sereno y tranquilo. Éste pudo ver que la flecha era diferente a lo tradicional, pues parecía tener placas que ocultaban tecnología. Pero incluso si no parecía una flecha del todo, seguía siendo un objeto sólido a punto de ser lanzado hacia su rostro por un elástico fuertemente tensado por un nativo de músculos marcados.

—¡Espera! No somos peligrosos, ni bandidos—intentó explicarse el joven de tez clara. Había reconocido al hombre—¿No me recuerda? Estaba...

—Al suelo—ordenó el moreno, tensando aún más su arco.

—Escucha, de verdad nos...

—¡Al suelo!—repitió el arquero.


Colt notó que iba a disparar, y no dudó en agacharse. Sintió una leve brisa por encima suyo, señal de la velocidad con la que la flecha había sido lanzada. Escuchó un asustado grito femenino por parte de Piper, una pequeña explosión, y un grito de dolor, mientras un cuerpo caía. El pistolero volteó rápidamente, viendo otro bandido caído.


—Niños, el sitio ha sido despejado—agregó el indio, mientras que pasaba al andén donde estaban Colt, Piper y Rico. Detrás de él se pudo ver que iban dos pequeños. Un chico con una capucha de color verde y una niña con una especie de gorro o adorno de oso encima suyo, prenda que generaba una sombra similar a la del mayor. Los tres recién llegados eran de tez morena—Sonará egoísta negociar esto. Pero, si los ayudamos, esperamos se nos permita viajar en este tren.

—Después de todo, vamos a ayudarles a deshacerse de esos tipos—habló el niño con abrigo de color verde. Pudo notarse que la sudadera tenía pegada una especie de cola de tela similar a la de un camaleón. Sacó de su bolsillo una especie de palito de color blanco con una esfera rosada en un extremo y se lo metió a la boca. Al ver era un tipo de comida.


Aquella niña con piel de oso miró fijamente a los dos jóvenes y al robot, soltando un gruñido mientras mostraba sus dientes en una expresión feroz y hostil.

Aquella niña con piel de oso miró fijamente a los dos jóvenes y al robot, soltando un gruñido mientras mostraba sus dientes en una expresión feroz y hostil

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—Nita, calmada—le ordenó el indio. La menor dejó de gruñir con amenaza, pero sus ojos (que emanaban un brillo salvaje) observaban fijamente a los presentes.

—Compréndala, señor Bo. No es como si le fuera fácil confiar en tres personas, encima armadas—le respondió el niño. Pese a lo lógicas que eran sus palabras, el tono que usaba era relajado y hasta algo cachaciento.

La Gran Travesía. ʙʀᴀᴡʟ sᴛᴀʀs #PH20Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt