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—¿me puedo comer tus papas fritas?— escuché la voz de flash a mi lado y solo asentí sin realmente poner atención a lo que me había dicho. lo escuchaba hablar y hablar sin parar pero mi atención solo estaba en una cosa, o más bien una persona, y era peter parker. ¿cómo es que puede ser tan lindo y no notarlo? estoy segura que no sabe lo precioso y la gran persona que es, quiero decir, siempre es tan tímido pero para mí es tan adorable, y cada vez que habla en clase me deja impactada por su inteligencia, y cuando sonríe se ve tan lindo... dios, su sonrisa me encanta. y ni hablar de sus ojos, o su voz, mierda, ¡podría pasar horas escuchándolo hablar! es tan tranquilo y me transmite ternura y paz pura. como quisiera que él me viera de la misma manera en que lo miro a él, pero eso parece tan imposible para mí —hey, ¿acaso estás escuchando lo que te digo?— salí de mi transe cuando la mano de flash pasó frente a mi rostro.
—¿qué?— pregunté confundida.
—¿qué tanto miras?— entrecerró sus ojos hacia mí.
—nada que te importe, thompson.— y sin decirle nada más me levanté de mi lugar, me colgué la mochila en el hombro y salí de la cafetería.
hace un tiempo atrás peter, ned y yo éramos inseparables, en verdad, éramos los mejores amigos de toda la vida, pero de un tiempo a otro peter comenzó a evitarme y actuar de forma muy extraña, y fue así como poco a poco se alejó de mí y simplemente dejó de hablarme y de ser mi amigo. no pedí explicaciones, no le rogué que estuviera conmigo, no hice nada por más que quisiera. supongo que solo me hizo a un lado de su vida y si esa era su decisión pues yo pensaba respetarla por más que me doliera, y vaya que dolía, porque le quería muchísimo y dejar de estar a su lado me había hecho mucho daño. hasta ahora dolía pero admitía que ya lo dejaba pasar y me concentraba en otra cosa. con ned hablábamos muy bien de vez en cuando, claro, sin que peter estuviera cerca porque de lo contrario era muy incómodo para los tres.
el timbre resonó por todos los pasillos y pronto se llenó de estudiantes. hice mi camino hasta los vestidores para cambiar mi ropa por el uniforme de deportes, después de guardar mis cosas salí tranquila del vestidor y, como al lado estaba el de chicos, me detuve un segundo al ver que de ese estaba saliendo peter. mi corazón latió muchísimo más rápido de lo normal cuando su mirada chocó con la mía, pero lo ignoré y seguí con mi camino como si su presencia no me causara miles de cosas. suspiré una vez que salí del pasillo y entré al gimnasio.
realmente lo extrañaba.
ned me saludó a lo lejos y me acerqué a él con una pequeña sonrisa.
—hola ned, ¿cómo has estado?— le pregunté chocando mi puño con el suyo. ver su sonrisa tan alegre y brillante me levantó un poco el ánimo. debe ser muy difícil para él pasar de ver a sus mejores amigos juntos a tener que verlos por separado cada que quiera hablar con uno de ellos.
