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Incómodo era la palabra ideal para describir ese momento.

Después de ser salvado por ese chico, la policía se llevó al sujeto y las personas continuaron su camino.
Keith le agradeció infinitamente para después comenzar a caminar de nuevo hacia su casa y así es como llegó a ese momento, caminando con incomodidad al saber que el chico raro lo seguía por detrás.

-Amm, gracias, gracias por salvarme -dijo mientras se volteaba a verlo, sin saber qué hacer.

-De nada, fue un placer -contestó él, tranquilo.

Keith sonrió cortésmente y retomo su camino, con él moreno siguiéndole el paso.
Segundos después, exasperado, dejó las bolsas en el suelo y se volteó cruzado de brazos, con una ceja alzada, interrogante.

-Bien, ya te agradecí mil veces por salvarme la vida, en serio muchas gracias, pero se puede saber: ¿por qué me estás siguiendo?

El chico inclinó su cabeza con curiosidad y después encogió los hombros, despreocupado.

-No tengo a dónde ir y no sé que lugar es este, así que te estoy siguiendo.

-¿Qué...? ¿Quién eres?

-Mi nombre es Lance McClain, soy el paladín del león azul de Voltron, el defensor del universo, mucho gusto.

El moreno sonrió coqueto al final y tomó la mano de Keith entre la suya, para poder besar sus nudillos con delicadeza.

-¡Oh! Ah...d-de acuerdo, que caballero eres -río nervioso mientras apartaba la mano -Como sea, ¿a qué te refieres con "qué lugar es este"?

-Bueno... Estoy seguro de que no estoy en Altea, todo aquí es muy distinto a mi hogar.

-¿Altea...? No entiendo nada.

-Recomiendo que vayamos a tu hogar para hablar mejor de esto -propuso, mientras cargaba las cuatro bolsas y comenzaba a caminar.

Keith lo miró desconfiado pero al final terminó yendo a su lado, indicándole por donde ir para llegar a su casa.
Una vez en su vecindario, ambos entraron a la casa más decorada de todas y los gritos no se hicieron esperar.

-¡Rápido Súper Rayo! ¡Tenemos que salvar a la gente!

-¡Voy detrás de ti, Súper Tornado!

-¡Jackson y Timothy Kogane! ¡Dejen de correr por las escaleras!

-Uh, perdón por eso, mi familia es muy...imperativa -comentó Keith, mientras cerraba la puerta y le indica con un movimiento de cabeza, que lo siguiera.

La cocina, al igual que toda la casa, era muy rústica y bella, tenía una barra mediana y a unos metros se encontraba el comedor, con la mesa puesta para la cena.
El pelinegro con la ayuda del moreno, dejó las bolsas en la barra y se dirigió a su madre, para saludarla.

-Hola mamá.

-Oh, hola querido -contestó Krolia, mientras se limpiaba las manos en su delantal para poder aplastar las mejillas de su hijo y besar su frente ruidosamente.

-¡M-mamá! ¡Vengo con alguien! -gritó avergonzado, mientras se apartaba de su madre.

-¿Qué? ¿¡Tienes novio, Keith Kogane!?

-¡N-no! ¡M-mamá!

Keith bajó la mirada sonrojado hasta las orejas, demasiado apenado como para mirarlo, pero el dulce sonido de una risa lo hicieron voltear a verlo.
El moreno reía divertido mientras lo veía con lo que parecía ser ternura para después revolver sus cabellos negros; Keith iba a decir algo cuando fue interrumpido por un grito furioso.

-¿¡Novio!?

De estar a centímetros de Lance terminó estando a metros, pues su padre, Jackson, lo había tomado entre sus brazos protectoramente alejándolo de él.

-¿¡Papá!? ¿Qué haces?

-¡Estamos salvándote del villano que quiere alejarte de nosotros! -contestó entusiasmado su hermano menor.

-¡Alejate de él! ¡Es mi niño, no dejaré que lo corrompas! -gruño el adulto.

-¡Jackson Kogane, suelta a tu hijo ahora mismo!

El hombre bufo molesto y soltó lentamente a su hijo, aunque no dejaba de mirar amenazante al moreno el cual solamente veía el ambiente confundido y divertido.

-¡Wow, que genial traje! -chillo emocionado el chiquillo.

-Gracias, también traigo mi arma por si quieres verla.

-¡Ok! Creo que mejor vamos a mi habitación. -interrumpió Keith antes de que sacará el arma frente a su hermanito.

Tomando al contrario de la muñeca, comenzó a guiarlo fuera de la cocina para dirigirse a su habitación, la cual estaba en el segundo piso con un balcón incluido y un baño.
Keith cerró la puerta detrás de ellos y suspiró cansado, para después lanzarse a su cama.

-Puedo ver que tuviste un mal día -dijo el moreno mientras veía toda la habitación.

-Uh, si, podría decirse que sí... En fin, cuentame de ti y eso de que vienes de... ¿Adlea?

El asiático se sentó en posición de flor de loto para ver mejor a Lance, el cual tomaba sus pertenencias con curiosidad para después seguir viendo lo demás.

-Altea y sí, ese es mi planeta natal, vivo ahí con mi hermana mayor, Allura y su esposo Lotor, son los reyes.

-¿Entonces eres una clase de príncipe?

-Así es, pero no tiene importancia, me da igual ser de la realeza.

-Y ese traje que tienes, ¿es de príncipe?

-No, es mi traje de paladín. Hay un caballero gigante de acero llamado Voltron, es el defensor del universo, para formarlo se necesitan cinco leones.

-¿Uh? No entiendo, ¿hay cinco leones y cuando se unen forman un robot gigante?

-Si, básicamente... Mis amigos y yo somos los paladines, como notarás por el color del traje yo soy el azul -comentó orgulloso, mientras sonreía ladinamente.

-¿Y tú león? ¿Vuela? ¿Podrías llevarme al espacio?

-Uh... lamento decir que no puedo, no sé dónde está mi león y, bueno, creó que estoy en un universo distinto al mío.

-¿P-por qué lo dices?

-Tengo entendido que está es la Tierra, ¿cierto? -el joven azabache asintió con la cabeza para que el contrario pudiera seguir hablando - Bueno, en mi universo la Tierra fue destruida por nuestros enemigos hace años, es por eso que es imposible que este sea mi hogar.



















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