Capítulo 1

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  Era una mañana fría en la mansión de los Agreste, al igual que cualquier otro día el silencio inundaba la mansión en general.

  Dentro de la mansión la pena abrazaba el lugar como si de un cementerio se tratase, sonidos de leves respiraciones fue lo único que se escuchó en las habitaciones, la mayoria de los días era de esta manera.

  Unos pequeños quejidos se escucharon en la habitación de Nathalie, era hora de despertar, pero ella no quería hacerlo, intentó despertar y con gran dificultad y apagó la alarma de su teléfono móvil, entró al baño, tomó una ducha, y una vez dispuesta a comenzar el día se colocó su traje de trabajo.

  Subiendo las escaleras al segundo piso, la mujer intentó despertar al joven adolescente,  Adrien Agreste no quería despertar, la mujer lo tomó del brazo y lo sacudió con delicadeza, Adrien habia despertado de un sueño profundo del cual parecía estar aliviado dr haber despertado, al verla ahí sonrió y saludó a la dama, pidió que lo dejase solo para cambiarse de ropa y acordó verla para el desayuno.

  La mujer caminaba con rapidez hacia la habitación de su jefe, dio unos leves golpes a la puerta, en la cual al no escuchar respuestas del lado contrario decidió entrar a la misma, encontró una escena triste allí. En la cama estaba él, abrazado a una foto de su amada y una expresión de angustia, con lagrimas secas en su rostro las cuales demostraban el cariño que seguía presente en el corazón de aquel hombre, la mujer suspiró y se alejó de allí, sabiendo que si él despertaba la regañaría por haber interrumpido sus lamentos. La pelinegra se dirigió al comedor a ver si el joven Adrien habia desayunado, este estaba terminando el desayuno  cuando ella llegó al comedor, la mujer leyó sus actividades y se despidió de él, Adrien se dirigió al instituto, no sin antes dirigirle una cálida sonrisa a su asistente.

  La mujer que estaba harta de esta rutina y de su forma de existir en general, los aburridos trajes y el peinado eran lo que más le desagradaba de su día a día, así que se soltó el rodete de su cabello,  yendo así al despacho de su jefe para así comenzar sus actividades; al entrar vió la pintura de la fallecida mujer de su jefe y buena amiga suya, esta con lagrimas en los ojos saludo al cuadro con recuerdos marcados de los momentos de alegría con la fallecida en su hogar e intentó dirigirse a su escritorio, pero algo la detuvo, no sabia que, no pudo moverse de allí, despues de estar estática por unos segundos la mujer se sintió debilitada y sus piernas le traicionaron, cayendo así al piso, la mujer se sentía adolorida y no podia levantarse por más que lo intentara, con una respiración cansada cerró sus ojos y respiró más lento aún cayendo así en un profundo sueño del cual parecia no responder. 

  Gabriel habia despertado un poco tarde, se extraño al no encontrar rastros de Nathalie en la mansión, pero esto no le importó del todo, ya que aquella mujer pudo haber salido a buscar algún documento u otra cosa. Cansado y triste bajo cabizbajo a su despacho, al entrar la puerta no abría del todo, lo que lo hizo entrar así por una estrecho espacio que dejó, al entrar vio con sorpresa el cuerpo de su asistente en el suelo, se acercó a este con preocupación en su mente, pensando en miles de cosas malas que pudieron haberle sucedido a ella, parecia estar viva pero debilitada por la caída, la mujer se encontraba inconsciente en el piso, el hombre levanto su cabeza y la puso en un cojín que encontró cerca, llamó el nombre de la mujer, está no respondía, así que decidió llamar a un doctor, a pesar de considerarlo inapropiado, la tomó en brazos y la depositó en un sillón cercano a ellos, tomó la mano de la mujer y la sacudió suavemente, colocó su mano en su mejilla, esta ardía en fiebre y parecia estar soñando, quizá alucinando, ya que susurraba mientras dormía, Gabriel preocupado se acercó a ella y escuchó lo que ella susurraba -Gabriel...-, él palideció y un escalofrío recorrió su cuerpo ante las palabras inconscientes de su asistente, vio de nuevo a la cara adormilada de Nathalie, y notó que esta no tenía su cabello en un rodete como normalmente lo traía, sino que su cabello se encontraba suelto, esto le parecía un poco tierno, ya que esa manera de peinar su cabello en un rodete  opacaba la belleza de la mujer. Un doctor habia llegado a la habitación en la que estaban sin que Gabriel lo hubiera notado del todo, tomó a el hombre de la mano alejandoló de su asistente a la que le tomó la temperatura e hizo los examenes correspondientes en el lugar, la mujer no parecia despertar pero no veía signos de daños fuertes en ella, el doctor le recomendó a su jefe que la dejara descanzar, ya que si esta hacia un esfuerzo mayor quedaría en un peor estado, no pidio analisis de nada ya que sus signos vitales parecían correctos, lo cual extrañó a Gabriel, quería preguntarle la causa de su estado, pero estaba muy distraido, en su mente cuestionaba todo lo ocurrido y sin darse cuenta el doctor se había retirado, dejándolo con su asistente en aquel frio lugar, intentó contactarse con Gorila, pero este no respondía a sus llamados, ya que estaba en el instituto con Adrien.

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