Capítulo 3

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  El lugar estaba bien decorado con sedas carmesí y tonalidades bajas de azul, el contraste de los colores oscuros y la luz de media tarde hacían que el lugar se viera adecuado al evento de modas, los detalles pequeños resaltaban más, dando paso a nuevos detalles en los mismos, las personalidades asistentes al evento vestían galas de las mejores, las mujeres vestidas con delicados vestidos que se movían con ellas en un delicado compás de su caminar, los caballeros con trajes de sus propias creaciones, cada uno más interesante y bello que el siguiente.

  Nathalie estaba un poco preocupada de que la reconocieran como la acompañante de su jefe, y así fue, ya que Gabriel la presentaba orgullosamente ante sus mayores inversionistas y amigos, ella ya los conocía, pero le parecía poco adecuado que cada uno de estos se asombraran al escuchar su nombre, y el la mirada lasciva que los hombres lanzaban a la pelinegra la hacían temblar de miedo.

  La tarde transcurrió lentamente para ambos, Gabriel conversaba de negocios con sus socios mientras Nathalie tomaba notas en su celular. Él no quería que ella trabajase en ese evento, pero ella prefería hacer esto a conversar informalmente con la gente de la mesa. Pronto todos se fueron dispersando, haciendo que en la mesa sólo quedasen ellos, había silencio por parte de ambos, pero Gabriel decidió romper el hielo.

-Señorita Sancoeur, ¿Qué está haciendo? No se supone que trabaje en este evento. Sé que ya le pedí mucho, pero me gustaría que tuviéramos una conversación normal.-

  ¿Normal? Nathalie no entendía a que se refería con esto, él era su jefe, no tenía porque tener una conversación banal con él, las informalidad es nunca fueron lo suyo, prefirió continuar en su tableta organizando las reuniones y videollamadas que tendría en mismo.

-Señor Agreste, ¿Para qué quiere conversar conmigo?... Yo sólo soy su asistente- estaba un poco triste, las palabras sonaron mejor en su cabeza.

-¿Qué insinúa, Señorita Sancoeur? ¿Cree acaso que por ser mi asistente no podemos conversar?...- Fue interrumpido por el mesero, ya que este se había tropezado con una de las sillas, haciendo que Gabriel empujara a Nathalie y cayeran al piso.

  Nathalie estaba ahora debajo de su jefe, Gabriel estaba encima de ella, ambos estaban un poco sonrojado, hasta que se dieron cuenta de la mirada que las personas a sus alrededores les brindaban, Gabriel ayudó a Nathalie a levantarse.

  Nathalie decidió dar un pequeño paseo por el lugar aproximándose así al balcón más alejado de su mesa. Tomó un respiro allí, la presión de las miradas de todos al haber llegado acompañando a su jefe, el vestido ceñido, y la caída anterior la hicieron repetir lo dicho en la mañana.

-¡Hoy no es mi día!- dijo mientras tomaba un sorbo de la copa de vino, suspiró y miró atentamente las estrellas a la luz de la luna, quizá era un momento mágico, ella no lo sentía así, en la mansión lo único que la calmaba y detenía de renunciar ante las largas noches de trabajo eran las estrellas que se observaban desde el ventanal de el taller. Derrepente sintió que alguien la llamaba, miró a su derecha pero no vió a Gabriel, era otra persona.

-Buenas noches, bella dama. ¿Qué hace aquí?- él preguntó esto mirando al cielo al igual que ella hasta hace unos momentos.

  Nathalie no quitó la mirada de el cielo estrellado, estaba nerviosa, pero la poca bebida que tuvo esa noche le ayudó a responder sin titubear.

-Nada más que apreciar la belleza natural... ¿Qué acaso eso es un delito?- rió levemente tomando otro sorbo de su copa.

  El hombre la miró y sonrió ante aquel comentario, eso hizo que Nathalie se sonrojara, ella sonrió devuelta, no había hecho esto en años, sonreír no era algo que ella hiciera normalmente.

Amor Falso Where stories live. Discover now