| 16 | Una Situacion Embarazosa

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Stephen


Tomar distancia y alejarse de personas complicadas mejora la salud, eso siempre decía mi madre.
Tomar distancia de esa mujer era sumamente difícil, ella era fría, inmanejable, increíblemente insoportable pero tan segura en sus convicciones, sincera al punto de ser desagradable y tan ruda como sensible.

Sin contar la química innegable que teníamos en la cama. Allí su frialdad se evaporaba, era tan ardiente, demandante y sensual.
En solo dos dias había pasado por todas las emociones que una persona experimentaba en años de vida y tenían marca registrada: Jessica Romanov. Era capaz de llevarme a todos mis extremos.

Me desafíaba.
Me insultaba y Trataba de mantenerse alejada.
Tenía sexo conmigo y me despachaba como si tuviera la peste negra.
Coqueteaba conmigo cuando le daba en gana pero me dejaba claro que no le interesaba ningún tipo de relación. Parecía un adolescente ¿Qué pasaba conmigo?. Tenía que sacarme esa maldición en forma de mujer de la cabeza.

Mi amigo abrió la puerta de golpe y me encontró refunfuñando en mi escritorio. Sonrió mostrando los dientes y entorno los ojos. Lo conocía demasiado para saber que trataría de fastidiarme.


—¿Tu ceño fruncido es por la suba en los insumos o por culpa de la rubia de pechos grandes?.

—¡Eres un idiota!.

—Si esa es tu respuesta, es por la rubia —se sentó dejando la carpeta que tenía en la mano sobre el escritorio —¡Estas obsesionado con ella!.

—No lo estoy.

—¿No notas como te ofuscas cuando te la nombro?.


Le dediqué una mirada asesina y luego suspiré negando con la cabeza. La mujer estaba quemando las pocas neuronas que me quedaban incluso sin tener que lidiar con ella en persona.



—¡No entiendo la razón por la cual me manda a freír espárragos cada vez que tiene oportunidad! —confesé.

—Si tu madre pudiese escucharte desde el más allá , te golpearía —aseguró mi amigo divertido.

"Eres especial" "A nadie le ruegues" repetía mi madre constantemente.

—Lo se, pero no puedo evitarlo.

—Stephen, una obsesión se quita con otra. Ponte a pintar, modela cerámica, has un curso de cocina que a mí parecer lo necesitas. Busca un hobbie.



Puse los ojos en blanco. Todo lo que proponía era ilógico, tenía un imperio que manejar, no estaba para eso.



—No tengo tiempo para tonterías.

—Pero si para perseguir a la pequeña Romanov.


Iba a responderle pero mi secretaria me habló por Inter comunicador, irrumpiendo nuestra conversación.


—Señor, Cheryl Hamilton ha venido sin cita pero insiste en que la anuncie.

Lucka frunció el ceño.

—¿Que hace aquí?.

SIN LÍMITES © [COMPLETA] # 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora