Dear shoes, I Love U

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La fiesta estaba demasiado aburrida para mí, no quería bailar con nadie porque el calor me estaba matando y cada vez que un chico se me acercaba para socializar lo corría con la mirada.

Me hubiese quedado en casa ayudándole a mamá a pintarse el cabello.

Al menos logré salir a la parte trasera de la casa y recibir aire fresco, o más o menos, afuera era donde se reunían para fumar y el humo era tan denso que apenas lograba ver algo.

—¡V, te he estado buscando por todos lados!.— una de las chicas del equipo de animadoras se acercó hasta mi corriendo y me asusté al ver su cara.

—¿Qué pasa?.

—Tienes que venir conmigo.—me tomó de la muñeca y caminó llevándome casi que arrastras, subimos las escaleras y varias chicas del equipo estaban en la puerta del baño.

Verlas tan preocupadas me puso más nerviosa y mi corazón se detuvo.

¿Dónde estaba mi hermana?.

Abrieron la puerta del baño dejándome pasar y adentro estaba Tess, consolando a mi hermana que lloraba abrazada a ella.

Tess me lanzó una mirada melancólica y se secó las lágrimas logrando que Luna se separara de ella, me arrodillé a su lado y a la abracé con todas mis fuerzas sin entender aun cual era el motivo de su llanto.

—¿Qué te pasó?.—intenté verla a la cara pero se aferró a mi cuerpo.—¿Qué fue lo que pasó?.—pregunté con voz temblorosa mirando a las chicas.

—Devon abusó de ella...—a Tess se le quebró la voz al pronunciar esas horribles palabras y mi corazón dio un vuelco.

Comencé a llorar también apretándola contra mi cuerpo, esto tenía que ser una horrible pesadilla.

—Lu...—llamé su atención intentando hacer que me mirara.—Lu, mírame.—sujeté sus mejillas y me miró al fin.—¿Qué fue lo que pasó?.

—Fue mi culpa...—habló entre sollozos.—Yo le dije que subiéramos a la habitación de Tess porqué estaba haciendo mucho calor abajo...—apenas podía entenderla porque los sollozos no la dejaban hablar, negué secándole las lágrimas.

—No fue tu culpa, no vuelvas a decir que fue tu culpa.

—Es un maldito.—escupió Tess acariciando el cabello de mi hermana.—Cuando entré a mi habitación para dejar una chaqueta, Luna estaba llorando sobre mi cama mientras él se subía los pantalones.

Cerré los ojos tratando de borrar esa escena de mi cabeza y besé su frente mientras le acariciaba el cabello.

—Quiero irme a casa, V...por favor, llevame a casa.

—Buscaré a alguien que nos lleve.—asentí dando varios besos en su frente.—–Espérame aquí.

Le lancé una mirada a Tess y ella asintió entendiendo mi mensaje, le di un último beso en el cabello y me levanté del suelo secándome las lágrimas con brusquedad.

—Tranquila, no dejaremos que nada le pase, ve por él.—dijo en voz baja, para que mi hermana no escuchara y salí del baño.

Devon era hombre muerto.

Mi cuerpo fue invadido por una ira incontrolable, sentía que echaba fuego por los ojos y mi instinto asesino creció de manera exponencial. Ese maldito me las iba a pagar, lo iba hacer pagar.

Mi hermana era la persona más dulce del mundo, ella no sería capaz de lastimar a nadie, ¿por qué tenía que pasarle algo tan horrible?, un dolor inmensurable se apoderó de mi tan sólo imaginarme cómo se sentía ella.

Cuando lo vi en un rincón de la fiesta, riéndose con sus amigos me llené completamente de odio, le quité el vaso a uno de los chicos que iba pasando a mi lado y me acerqué hasta donde estaba el susodicho, toqué su hombro para llamar su atención y en cuanto se giró para verme le arrojé el trago a la cara borrándole la asquerosa sonrisa.

—¡¿Venus que te pasa?!.

Mi respuesta fue un puñetazo en la nariz, gruñó de dolor tocándose la cara y el siguiente golpe fue directo a sus bolas. Le di con tanta fuerza que cayó al suelo quejándose del dolor.

Todos en la sala comenzaron a rodearnos y volví a golpearlo en los testículos enterrándole mi tacón.

Uno de sus amigos se acercó hasta mi para detenerme sujetándome por la espalda y me elevó del suelo, le di con mi codo en la cara logrando que me soltara y me dejó caer.

—A ver si así aprendes a respetar a las mujeres.—le di otra patada, esta vez en la costilla.

Escuché la voz de Mandy abriéndose paso entre las personas y chilló al ver al asqueroso de su novio tirado en el suelo quejándose como marica.

—¡¿Estás loca?!.—gritó mirándome completamente confundida.

—Si te vuelvo a ver cerca de mi hermana, te juro por dios que te arrancaré tu microscópico pene y te lo meteré por el trasero.

—Tú y tu hermana son unas putas, igual que tu mamá, si es por el dinero puedo pagarle.

Chico, habías firmado tu sentencia de muerte.

No pude contenerme más y me le arrojé encima para golpearlo con todas mis fuerzas, Mandy me jaloneó del cabello defendiéndolo y Devon aprovechó para empujarme dándome un golpe en el estomago.

Dios mío, me había sacado todo el aire y caí en el suelo sujetándome el abdomen comencé a toser completamente aturdida. De nuevo vi como Mandy se me quería arrojar encima y no sé de donde me salió la fuerza para quitarme uno de mis zapatos y arrojárselo a la cabeza.

Logré noquearla y me levanté del suelo, otro amigo de Devon intentó sujetarme pero me quité el otro tacón amenazándolo con enterrárselo en la cabeza si se acercaba a mí.

Estaba rodeada, pero la adrenalina ligada con la ira disipó el miedo y el dolor que me había causado aquel horrible golpe.

Sentí que alguien apretaba mi nuca y en un acto reflejo intenté golpearlo pero cuando vi que era Luke me detuve.

—Vete de aquí.—me miró directamente a los ojos.

Di varios pasos hacia atrás chocando con la pared y me congelé.

Luke se arrojó sobre Devon y comenzó a golpearlo hasta más no poder, los chicos se incluyeron en la pelea y rápidamente todo se había vuelto un caos.

Muchas de las personas que estaban en la fiesta salieron corriendo de la casa, quería correr también y buscar a mi hermana pero estaba paralizada viendo la escena.

Era un todos contra todos pero al que le iba peor era a Devon, Luke se ensañó demasiado con él golpeando su cara una y otra vez.

Lo iba a matar y por mucho que quisiera que eso pasara no dejaría que Luke se metiera en problemas por culpa de ese maldito.

—¡Ya Luke!.—grité sujetando su brazo para que se detuviera.—Vámonos.

—No debiste tocarla.—dijo esto último escupiéndole la cara y se levantó dejándolo casi inconsciente en el suelo.

Las sirenas de la policía se escucharon fuera de la casa y todo el mundo se dispersó, las chicas me ayudaron a subir al Luna al auto de Ashton para salir huyendo de ahí antes de que los problemas se hicieran más grandes.   

   

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ʜᴇᴀʀᴛʙʀᴇᴀᴋᴇʀ | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora