We Found Love in a Hopeless Place

1.6K 106 12
                                    

Nunca olvidaré esa noche en la que hicimos el amor por primera vez.

Sus manos acariciando mi cuerpo y mis labios besando cada centímetro de su piel, los jadeos, las caricias, hasta los besos se sentían diferentes. Fue como viajar a un universo aparte en donde sólo estábamos los dos, mi mente estaba en blanco.

El sonido de la lluvia se mezclaba con nuestros gemidos y el olor de la tierra mojada era agradable, mis sentidos estaban siendo estimulados al máximo, cuando cambiábamos de una posición a otra sólo pensaba en lo increíble que era estar en sus brazos de nuevo.

Mis te amos y los suyos hacían competencia por ver quien decía más. No me había sentido así antes, su manera tan única de poseerme esa noche me hizo entender lo mucho que me extrañaba, era como si nuestros cuerpos hablaran por si solos, como si no tuviéramos control sobre ellos.

—Eres mía, no importa lo que pase entre nosotros, no me importa si mañana decides dejarme de hablar, si me sacas de tu vida, siempre serás mía y yo siempre seré tuyo, hasta el día en que me muera.

—Por siempre tuya...—cuando lo miré a los ojos en ese preciso momento entendí que estábamos siendo tan sinceros como jamás lo habíamos sido.

No era calor de momento, no nos decíamos esas cosas a la ligera, nos estaba saliendo del corazón y cuando alcancé el orgasmo sintiéndome más plena que nunca, supe que él era la única persona que me elevaba de esa manera y que nunca volvería a conocer a alguien como él.

Amaba esta versión de él y no sabía por cuánto tiempo se iba a quedar así porque ese siempre era mi problema, sus altibajos de emociones, era como si fuera el príncipe azul y al mismo tiempo el ogro del pantano.

Como ese libro que leímos en clase de literatura, el caballero de la armadura oxidada.

Mi mayor temor era volverle a entregar mi corazón y que lo acuchillara de nuevo, no iba a salir viva de eso, no podía soportar algo así de nuevo, mi corazón estaba lleno de huecos y remendado.

Nos quedamos viendo por un rato sin decirnos nada, acariciandonos, ninguno de los dos quería abrir la boca por miedo a arruinar aquel momento tan especial.

—Quiero comenzar a desintoxicarme...—habló bajito y su ceño se frunció ligeramente.—Voy a recuperarte...

—Dijiste eso hace meses y sigues consumiendo...no quiero que lo hagas por mí, quiero que lo hagas por ti.

—Quiero hacerlo por los dos...—continuó mientras acariciaba mi espalda.—Te juro que esta vez es en serio.

—Cuando lo hagas, estaré esperándote.—me acerqué a sus labios dándole un beso y sujeté sus mejillas.

—Tuve que tocar fondo para entender que mi felicidad está contigo y me siento mal por lo horrible que te he tratado todo este tiempo...quien iba a pensar que una princesita como tú iba a lograr domarme.

—Ya te he demostrado que de princesita solo tengo la cara.—le hice ojitos y me eché a reír, me acurruqué en su pecho y cerré los ojos disfrutando de aquel momento porque no sabía cuando lo iba a volver a abrazar así.—Promete algo...

—Te lo prometo.—sonrió dejando un beso en mi frente.—¿Qué te acabo de prometer?.

—Que vas a dejar de meterte en problemas...tengo una horrible corazonada y necesito que me prometas que no cometerás más tonterías, que cuando logres saldar esa deuda será la última vez que te juntes con gente así y que arreglaras tu vida.—Asintió mirándome a los ojos.—Quiero escucharte Luke, dilo.

—Te lo prometo.

Suspiré mirándolo por un momento y volví a abrazarlo, aferrándome a él lo más que podía, Luke significaba toda mi felicidad y toda mi desdicha.

ʜᴇᴀʀᴛʙʀᴇᴀᴋᴇʀ | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Où les histoires vivent. Découvrez maintenant