Por Favor y Gracias

Capítulo 6

Notas:

Los vínculos son complicados. Levanten la mano quienes están sorprendidos.

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Negan lamió la garganta de Rick por última vez y rió jadeante.

—Mierda, eso fue bueno. —murmuró contra la piel sudada y pegajosa. El pulso de Rick aún retumbaba justo debajo de la superficie enrojecida, un temblor acelerado sobre sus labios. No pudo evitar darle una mordida, marcándola con una vaga embestida de sus caderas. Su miembro ya estaba endureciéndose de nuevo gracias al calor pegajoso en el que se encontraba, tentándolo...

Miedo.

Como si hubiese pisado un trozo de vidrio, su instinto inmediato fue el de eliminarlo. Se empujó hacia arriba con sus brazos firmes para poder mirar a su pareja.

—¿Rick? —demandó, estudiando su rostro. Boca tensa, párpados enrojecidos, sus ojos mirándolo cautelosamente. Obviamente ahora tenía que lidiar con todo un puto cargamento. —¿Un poco abrumador? —adivinó, sentándose y saliendo de él con cuidado. Rick se tensó y siseó por el dolor. —Hey, hey... sólo respira y relájate, voy a sacarlo despacio... —dijo suavemente, entonces gimió boquiabierto cuando el trasero de Rick lo ordeñó con sus inevitables espasmos. —Mierda, tranquilo, tranquilo...

Lo sacó muy gentilmente y cubrió a su pareja con sus brazos, encantado cuando notó que la ofensiva escencia se desvanecía. ¿Acaso fue sólo el olor? Se sintió como el eco de un sentimiento, algo que pulsaba a través de su mente y pecho. Desestimándolo, tomó un par de respiraciones profundas, frotando su nariz contra el mojado cabello de Rick mientras lo presionaba más con sus brazos.

Mío.

La sola palabra lo llenó de satisfacción. Pero, ¿nada más se sintió diferente? No sabría decirlo. Las conflictivas emociones que resguardaban a Rick ahora eran más claras, de alguna manera, los bordes remarcados, pero eso.

El doctor estaba nervioso, recordó. Inquieto. Sólo mencionó un par de cosas respecto al vínculo, tan rápido para remarcar que no sabía ni un carajo con certeza.

Bueno, mierda, tendrán que ver, ¿no? La principal prioridad era controlar Alexandria, y Rick era la llave para eso. Tan pronto como los Salvadores aparecieron, la ciudad entera miró hacia Rick para que los mantuviera a salvo. Para mediar. Ponerle un alto a ese hijo de puta de Spencer públicamente había sido importante. Cuando esa maldita mierda dejó de respirar la audiencia entera apenas se atrevió a moverse. Excepto por esa maldita perra que le disparó a Lucille. Carajo, quería verla muerta. Gracias a su trato con Rick la perra era intocable, de todos modos.

Entre sus brazos, Rick se retorció y él aflojó el agarre. Rick se paró inmediatamente, rodeó la cama y se dirigió al baño.

—Sólo voy a ducharme. —murmuró.

Miró cómo se retiraba, asombrado por cómo su miembro aún se endurecía después de dos rounds. Lo jaló con largos y despreocupados  tirones hasta que estuvo duro como roca, palpitando de nuevo.

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Rick apoyó su frente contra los azulejos, haciendo un esfuerzo sobrehumano para poder caminar con normalidad. El pánico y el caos se disiparon, dejando un montón de pensamientos alborotados y sensaciones que luego necesitaría analizar en la privacidad de su casa. Sus instintos Omega que, hasta donde sabía estuvieron dormidos la mayor parte de su vida, estallaron cuando conoció a Negan. ¿Era la cercanía con el Alfa, o algo más? De cualquier manera, sus instintos parecían luchar contra su preservación, incluso contra su sentido común. No tenía absolutamente ni una razón para confiar en Negan, y ciertamente no las tenía para encontrar alivio en sus brazos.