Volver a vernos

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Jack

¡Dime ¿qué carajos haces allá? Tienes prohibido estar en esa misión!

Sonreí con descaro. Aquella voz pertenecía a Gogo, quien me hablaba, bueno en realidad me gritaba, a través del comunicador que tenía en mi oído. Ella estaba a kilómetros de mí, en el departamento de policía, mientras que yo me aventuraba en una misión que tenía estrictamente prohibida.

Sin embargo, no me iba a quedar con las ganas de buscar respuestas y venganza por la muerte del amor de mi vida. Ya han pasado seis meses después de que se fue, pero se siente un vacío enorme en mi alma y un deseo irracional por hacerles pagar a quienes le hicieron daño.

—No me podía quedar con los brazos cruzados mientras que los demás se divierten buscando a los desgraciados que mataron a mi novia —le respondí.

Observé todo a mi alrededor, me hallaba escondido tras una pared mientras que los demás luchaban contra los hombres de Pitch Black. Me escabullí con facilidad porque ellos no me darían las respuestas que quiero.

¿Cómo lo hiciste? Norte no te dejaría partir con ellos —preguntó todavía con su tono enojado.

—Me conoces muy bien, si algo se mete en mi cabeza no me canso hasta lograrlo. Tengo muchas estrategias en mi cabeza —respondí. Comencé a caminar por los desolados pasillos —Sería mejor que me digas por dónde debo ir para encontrar al objetivo.

Entendía a mi amiga, su sorpresa, y hasta su enojo, pero yo no me voy de aquí hasta que consiga hablar con mi remplazo. Tuve que camuflarme entre los hombres de mi tío para que no pudiera descubrirme y lo conseguí, tan solo es el comienzo de lo que tengo pensado hacer.

¡Estás loco, regresa al departamento! —reprochó.

—Vamos Gogo, comprende que siento un dolor gigante en mi corazón y que solo será saciado cuando sepa quién fue el hijo de puta que mató a mi mujer.

Guardó silencio por unos minutos hasta que por fin se le ocurrió hablar.

Eres un estúpido arriesgado, si Norte se da cuenta que estás allí te matará ¿correrás el riesgo?

—Claro que sí —cargué mi arma y seguí avanzando con sigilo.

De acuerdo, te ayudaré, pero me debes unas cervezas ¿eh?

No pude evitar sonreír, ella siempre sale con una ocurrencia diferente y eso la hace especial para mí, es como mi otra hermana, nos conocemos hace seis años cuando ingresé oficialmente a la policía después de un riguroso entrenamiento de cuatro años; al principio me odiaba pero después aprendió a quererme.

—Te lo agradezco mucho.

Bien. Ahora, te diré una cosa, debes girar a la derecha, encontrarás un pasillo que conduce a unas escaleras, estas te llevaran a la planta donde está el objetivo —me explicó y yo seguí sus instrucciones al pie de la letra —El objetivo está custodiado por tres hombres, detenlos y avanza por la puerta, lo demás ya lo sabrás.

Presa De Mis Sentimientos [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora