Golpes de la vida

1K 126 100
                                    

Elsa

—Qué molesto eres, Jack —volteo mi rostro para ver parte de su rostro. Este idiota no me va a intimidar.

—Lo sé, linda, lo sé —plató un beso en mi mejilla y volvió a apartarse de mí. Suspire aliviada.

Lo miré caminar hacia la silla en la que estaba antes, desde allí se me quedó viendo. Le mantuve la mirada hasta que la puerta se abrió de nuevo dejándome ver al policía que me estaba interrogando, lo fulminé con la mirada.

Sin embargo, mis ojos se abrieron como platos cuando vi que en sus manos cargaba un látigo, no he podido tocarlo, pero podría jurar que es de cuero ¿qué carajos pretende hacer ese cabrón? No puedo siquiera imaginármelo, pero será algo fuera de lo normal.

Un escalofrío pasó por mi cuerpo, no sé si fue frío, miedo, o un estímulo ante lo desconocido. Mis puños se cerraron y mis mandíbulas se apretaron al ver la sonrisa que tenía dibujada en los labios Jack, ese imbécil me las pagará pronto, siento un odio irracional hacia él por lo que me hizo, me humilló, me golpeó y se atrevió a electrocutarme, le dolerá mucho lo que se me ocurre hacerle.

Él se dio cuenta que lo estaba viendo y atrevidamente me envió un beso.

¡Lo voy a matar!

—Señorita, le voy a dar otra oportunidad para que confiese —mencionó el policía acariciando su látigo del que noté que tenía una esfera en la punta.

¿Qué mierda es eso? ¿De qué museo salió esa arma?

—Claro que no voy a hacer lo que me pide. ¡Déjeme en paz! —grité y pateé el suelo como una niña pequeña y caprichosa.

—Usted lo ha elegido —sonrió con maldad —Jack, ayúdame —le ordenó al idiota peliblanco.

Él se acercó a mi lado otra vez y soltó las cuerdas que sujetaban mis pies, me dejé llevar por él hasta quedar de pie en medio de la habitación. Jack estaba tras de mí, pero yo actué rápido, pisé su pie y le lancé un cabezazo a la quijada, se quejó. Di media vuelta y le di una patada en la nariz. Sonreí cuando escuché sus lamentos y como de su nariz salía sangre.

El otro policía se lanzó hacia mí y recibió su merecido, una amigable patada en la entrepierna y otra en la cara. A pesar de tener mis manos atadas por las esposas, mis piernas se movían con agilidad. Pero, fui feliz hasta que llegaron más policías y lograron atraparme, ya eran demasiados para mí, así que me redujeron a nada.

Vi cómo ayudaron a Jack y a su compañero. El peliblanco me dedicó una mirada matadora y me mostró su dedo del medio, le envié un beso como respuesta, tal y como hizo conmigo.

—¡Maldita niña! —gritó el tío de Jack y me dio una bofetada. No dolió tanto después de todo —Que se hinque ante mí.

¿Y este que se cree? ¿Un rey? No voy a hacer lo que dijo. Bueno, en realidad los otros policías me obligaron a hacerlo, sin embargo, nunca borré mi sonrisa victoriosa, sé que todavía le duelen los huevos después de que le pegué, solo es que lo disimula muy bien ante todos.

—Lo siento, de verdad lo siento, señor —ironicé.

—¡Habla! —insistió.

—No —me mantuve firme.

El policía ordenó a sus hombres sostenerme fuerte, traté de soltarme, pero no funcionó. Después sentí que desabrocharon el cierre de mi chaleco en mi espalda.

Ay no, ¡me van a violar! ¿Qué clase de policías son estos?

Mis ideas descabelladas son desechadas por mi mente, cuando, después de quitarme el chaleco, sentí el material duro de su látigo romper mi camiseta. Soporté el dolor como siempre lo he hecho para no demostrar debilidad.

Presa De Mis Sentimientos [Jelsa]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon