Ven conmigo

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—Nada está bien en mi vida, todo me sale mal, pierdo a las personas que amo en instantes, por mi culpa, y soy un perdedor.

—Vaya, ¿no crees que ya has tomado demasiado? Estás delirando —mencioné con burla.

—No estoy delirando, es la verdad, solo... —hizo una pausa y cerró los ojos —que tú nunca lo entenderías, no creo que hayas pasado por esto antes.

—Puede que sí —vacilé.

Una media sonrisa se dibujó en sus labios. Después observó el vaso de tequila que tenía entre los dedos. Llevamos como dos horas en el bar, y él ha tomado como si no hubiese un mañana, ahora ha salido con unos comentarios bastante extraños sobre su vida. Interesante.

Yo solo lo escucho y asiento con la cabeza. Tanto licor en el organismo lo ha estado jodiendo, hasta el punto de empezar a confesar.

¿Aprovecho la situación o dejo la oportunidad de saber más?

—¿Otra apuesta? —insinue con una sonrisa.

—Me has fulminado, creo que tengo el dinero suficiente para pagar esta botella de tequila y ya —respondió entre risas y bebió su trago con lentitud.

—Con gusto te regalo mi botella de whisky —le pasé el embace —Ahoga tus penas en esta delicia.

Jack levantó la botella y me miró con una ceja enarcada.

—Gracias, pero tú ¿qué tomarás? —preguntó.

—Un cóctel sin alcohol —afirmé —Sé que la policía me tiene vigilada, no les daré la oportunidad de que me vean cometiendo un error, estaré sobria por esta noche.

—Bien, como quieras.

Sirvió otro vaso de alcohol y se lo tomó con rapidez. Algo debe estar mal en su vida para que ahora se esté perdiendo en el whisky. Yo también pasé por ese trágico momento en el que lo único que te salvaba de morir era un maldito trago.

Es muy tarde y debería irme, pero él se ve tan solo que me da pena abandonarlo en su dolor.

—Oye, son las... —me detuve y miré mi reloj —diez de la noche, falta mucho para la madrugada, puedes aprovechar todo este tiempo para desahogarte conmigo, igual nadie me espera en casa —me encogí de hombros.

Sus ojos azules se posaron en mi rostro por unos segundos, pero volvieron a la botella de alcohol.

—No es buena idea, si te doy información me joderás más adelante —mencionó sin mantener contacto visual conmigo —No te molestes en intentarlo, Elsa.

—De acuerdo —se me ocurrió contestar —Pero, quiero saber solo una cosa que me ha traído pensativa.

—¿De qué se trata? —volvió su mirada a mí.

—¿Por qué has sido tan frío y distante conmigo últimamente? —solté.

Él guardó silencio y sonrió como respuesta. ¿Ahora que se trae?

—¿Cómo quieres que sea contigo? —me contestó con una pregunta, sin lugar a dudas una evasiva.

Sin embargo, me dejó fuera de base con su pregunta, mi intensión de saber qué pasó con él fue truncada porque ahora él quiere saber qué pasa conmigo. Buena jugada, pero no voy a caer en su trampa.

—Tendría que ser de una forma profesional ¿no? —Sonreí.

—¿Y por qué lo dudas? —ladeó la cabeza —Yo soy un maldito oficial y tú una criminal ¿de qué otra forma debería tratarte sino fría y distante?

Presa De Mis Sentimientos [Jelsa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora