Capitulo 8

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~ Dos semanas después ~

Comenté con mi madre la idea de participar en la competencia de Geometría, ella estuvo de acuerdo con mi inscripción y desde ese entonces me ha dado más tiempo para ponerme a estudiar y prácticar las matemáticas.

El campeonato a nivel regional se llevaría a cabo en un mes más.

- Lucy, permite que tú cerebro descanse - Larcade no me había dejado sola en estos días - Vamos por unos jugos de limón y luego sigues haciendo esos cálculos.

- Tienes razón - Cerré mis libros y los guardé en mi banco - Vamos, te debes aburrir mucho haciéndome compañía.

- Vamos a divertirnos un poco - Sonrió divertido - ¿Te parece si jugamos ajedrez?

- ¡Me encanta la idea!

- Entonces vamos, yo soy un oponente muy difícil de vencer - Presumió cuando salí detrás de él.

Estábamos muy entretenidos hasta que nos cruzamos con los populares en los pasillos, con los "cabeza hueca" como llamaba yo.

Dragneel me había decepcionado con todo lo que me dijo aquel día. No era un buen tipo como pensé siempre, era alguien despreciable y estaba dispuesta a desaparecer todos mis sentimientos por él.

- De sólo verlos se me revuelve el estómago - Larcade comprendió y preferimos mejor pasar de largo.

Pero en un abrir y cerrar de ojos Merendy me agarró de mi coleta alta para detenerme. Yo iba a soltarme pacíficamente cuando con Strauss me empujaron a los casilleros.

- ¿Agua sucia? - Dragneel con sus amigos tenían atrapado a Larcade.

- Agua sucia - El mal engendro de Fullbuster sonrió malicioso y junto a otros dos tipos desaparecieron de mi vista con Larcade.

- ¡¿Qué le harán?! - Grité cuando de pronto Strauss estampó su mano con autoridad a un costado de mi rostro.

- Escucha, pequeña - Acercó su rostro al mío - Más vale que retires tu inscripción de aquel concurso por la buenas, o nosotros te obligaremos por las malas.

- No les he hecho nada, ¡Déjenme! - Traté de quitarla de encima, pero sólo sentí una bofetada de parte suya.

- Ya estás advertida - Dijo seria - Vamos, amiga.

- Sí - Merendy se aproximó unos centímetros a mi - ¿Ves? Sin mi, tú no vales nada, estúpida.

"Maldita"

Con aquel pensamiento me atreví a escupirle en el rostro, ella cerró los ojos y al instante también me golpeó.

- Imbécil - Mascullo antes de ir tras la que ahora era su amiga.

No perdí tiempo y fui en busca de Larcade, tenía que encontrarlo para ayudarlo si es que esos malditos le estaban haciendo daño. Luego de unos minutos llenos de angustia por fin alguien me dijo que vio a aquel grupo dirigirse al baño de hombres.

Cuando llegué allá no tuve vergüenza y entré. Ahí vi a Dragneel, Redfox, Fullbuster y Fernández ahogando a Vermilion en el agua del excusado.

- ¡Paren! - Cuando me escucharon soltaron a Larcade.

- Gray, Gajeel, ustedes dos lleven a este debilucho a la enfermería - Los perros de Dragneel obedecieron y levantaron a Larcade - Jellal, tú ve y seduce a la enfermera para que no abra la boca.

De esa forma todos salieron del baño.

- Tú si eres despreciable - Masculle cuando Dragneel también cruzó la puerta.

Él frenó y se volteó a verme divertido.

- ¿Eres idiota o qué? - Yo lo miré seria - El problema no es contigo.

- ¡¿Entonces por qué atacaron a mi amigo?! - Le exigí una respuesta - Responde.

- Larcade es mi sobrino - Mis ojos se ampliaron con sorpresa - Y tengo el deber de corregirlo cuando se está mezclando con gente que no debe.

- Cuando la directora se entere de lo que le has hecho a su hijo lo lamentaras.

- La rectora no hará nada contra mi, sabe que estoy haciendo bien en quitar la mala hierba de la vida de mi sobrinito.

- Ojalá te pudras en el infierno - Dije con odio y lo oí reír antes de marcharme de ese lugar.

Sentí una rabia desconocida, una rabia con muchas otras emociones mezcladas. Mi cabeza ardía ahora que me daba cuenta que pasé la mitad de mi vida enamorada de alguien que simplemente no valía la pena.

Fui a la enfermería para saber cómo estaba Larcade, cuando los amigos de Dragneel se lo llevaron él estaba inconsciente. Estuve con él hasta que se despertó, estuve más tranquila gracias a ello y ambos nos discúlpanos, pues él creía que era su culpa aquella emboscada.

...

- Lucy - Me giré antes de subirme al bus particular que mi madre contrató - Mañana te espero, cuídate.

- Lo mismo digo - Me despedí agitando mi mano y entré al transporte que me llevaría a casa.

En casa las cosas estuvieron bien, al igual que los siguientes días. Los enfrentamientos con los populares no volvió a repetirse directamente, pero sí recibíamos sorpresas desagradables a lo largo de la semana, obviamente de parte de ellos.

- Es la tercera vez que vienes con el uniforme sucio, ¿Otra vez te manchaste con la comida?

- Sí, es que estoy muy perdida últimamente - Ella limpiaba mi uniforme mientras yo terminaba de cocinar - Mamá, ¿Qué harías si te digo que tengo problemas con unos chicos?

- ¿Los tienes?

- No, pero pienso que en la Universidad será muy posible que me enfrente a alguno - Disimule mi nerviosismo.

- Pues hablaría con esos muchachos - Yo no quedé feliz con su respuesta - Si eso no basta usaré medidas más extremas.

- ¿Cómo cuáles?

- Todos en este mundo tenemos una mujer que amamos, puede ser una tía, una prima, una madre o una hija - Sonrió - Les daría una cucharada de su propia medicina.

- Supongo que eso estaría bien - No la contradije - Creo que esto ya está.

Me quité el delantal y me lavé las manos.

Esa noche no hubo ningún comentario que nos arruinase la cena. Mamá repitió lo mismo de otras veces, que yo era su motivo de vida, que me protegería de cualquier cosa, que nunca iba a separarme de ella.

- ¿Qué pasa?

- No sé - Dije con molestia - Siento que mis pechos están hinchados...

- Es normal, hija - Mi madre sonrió - Estás en plena etapa de crecimiento, tus pechos se harán más grandes y eso algunas veces produce algo de dolor.

- ¿Quieres decir que mis pechos serán enormes?

- Espero que no exageren, en mi familia solemos tener pechos grandes por sobre medianos. Por ejemplo, los míos son medianos, pero tu abuela Anna en su juventud era muy voluptuosa.

- Bueno, espero tampoco exagerar, he oído que los grandes pechos son una tortura.

- Y estás en lo cierto.

"¡A quién engaño, quiero más senos!"

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Continuará***

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