Capitulo 17

555 62 11
                                    

Empecé a lamentar haber ido a esa fiesta, a haberme entregado a ese idiota, por su culpa ahora estaba en esta situación.

- ¡Por dios! ¡No se abre!

Intentaba inútilmente abrir la puerta de mi habitación, quería salir ahora que mi madre se fue de compras.

No era lindo estar encerrada, era aburrido y desesperante, sobre todo cuando eran días soleados y la temperatura dentro de las cuatro paredes que me rodeaban aumentaba.   

Intentaba abrir la puerta con un gancho como en las telenovelas, pero no funcionó y me cansé luego de tantos intentos fallidos.

Ya pasaron dos meses y cada día soportaba menos la hipocresía de mi madre. Me gritaba cuando cargaba a mi hija sin su permiso y en su presencia.

- ¡Catalina! ¡Ya llegué, hija!

Me hice atrás cuando oí a mi madre, segundos después ella entró y sin saludarme si quiera levantó a mi hija de la cama.

"Catalina"

Mi madre le puso así ya que significaba "Pura" o algo así, yo no tenía en mente un nombre y por eso no me opuse.

- Estás mojada, pequeña - Yo observé en silencio, ella odiaba oír mi voz cuando estaba con su supuesta "Hija".

Los días eran así, tensos y sin gracia alguna. Habían días en los que lloraba, en los que no comía, en los que tenía ganas de matarme, aunque luego me arrepentía, pues mi hija me necesitaba, yo la tenía que sacar de aquí para que no crezca bajo el mismo miedo que yo le tuve y tengo a mi madre desde pequeña.

- Ahora vengo, mi amor - Le dio un beso a "Catalina" y luego salió para atender la puerta que empezaron a tocar.

Pues el timbre se escuchó hasta mi habitación.

Yo no me moví de mi lugar, esperé que mi madre vuelva o me gritaría por levantar a mi hija sin su permiso, pero ella no volvió a subir.

Aquello me extrañó.

Y más cuando de pronto la oí gritar.

Por instinto levanté a mi hija envuelta en su cobija de color rosado pálido. La calmé meciendola unos segundos y luego salí para ver que ocurría.

¿A qué se debía la tardanza de mi madre?

Bajé las escaleras y me acerqué a la puerta queriendo saber quién estaba ahí como para que mi madre se enoje de esa forma.

- ¿Larcade? - Dije sorprendida al verlo frente a mi casa - ¿Qué estás haciendo aquí?

- Lucy - Él también se sorprendió - Lucy, tú....

- ¡No se te ocurra poner un pie en mi casa! - Mi madre no lo dejó entrar - ¡Vete!

- Necesito hablar con su hija, señora - Larcade se veía preocupado, de seguro algo malo había pasado - Lucy, por favor hablemos - Larcade me miró rogando que lo escuche - Es importante. 

- Mamá, por favor déjame hablar con él - Ella ni siquiera me escuchó - Mamá, te prometo que será por unos cortos minutos.

- Mi hija no tiene nada que hablar contigo - Mi madre empujó de forma agresiva a Larcade, eso me alertó.

Ella podía enloquecer, era un hombre el que estaba delante de ella, y no un hombre cualquiera, alguien que no conocía y que tuvo la "Osadía" de buscarme en mi propia casa, mi mamá detestaba eso.

Desde que se separó de mi padre no le permitía la entrada a nadie, ni siquiera a nuestros familiares.

- Vayase ahora o llamo a la policía - Larcade dirigió su mirada una vez más hacia mi - ¡Váyase!

- ¡Mamá, detente! - La detuve cuando comenzó a agredir a mi amigo - ¡Es un amigo, no me hará nada!

- ¡Tú no puedes tener amigos! - Se giró a verme.

- Si puedo, mamá - Cuando me di cuenta, ya había cometido una locura, pues mi madre amplió los ojos sin creer mis palabras - Déjame hablar con él...

- ¡Sube a tu cuarto!

- ¡Solo serán unos minutos!

- ¡Qué subas! - Sentí el ardor en mi mejilla derecha y por poco caigo al suelo con mi hija.

- ¡Lucy! - Larcade hizo a un lado a mi madre para ver si me encontraba bien - Lu... - Solté un quejido cuando me agarró la muñeca con intenciones de quitarla y así ver mi rostro.

Él subió la manga de mi polera y quedó en schock después de encontrarse con unas marcas oscuras.

Yo lo miré con tristeza, no quería que nadie supiera de las moraduras que me dejaba mi madre en sus arranques de ira.

- ¿Quién te hizo esto? - Él aún no salía de su shock.

- Yo me porté mal...

Bastó con eso para que dirigiera su vista a mi madre, yo también. Mamá no tuvo ningún pudor cuando quiso acercarse para quitarme a mi hija, pero Larcade se puso delante de mi.

- Lucy, dime la verdad - Yo no quería, era difícil para mi - ¿En serio esta mujer es tu madre...?

- ¡Insolente! - Mi madre también quiso golpearlo, pero Larcade la agarró de las muñecas impidiéndole hacerlo - ¡Sueltame, infeliz! ¡Lárgate o te mataré!

- No me iré sin Lucy - Yo miré a Larcade llorosa, le pedí con la mirada que no siguiera - ¡Lo que usted hace con su hija no tiene nombre!

- ¡No critique la forma en que educo a mi hija! - Mi madre se safo del agarre de mi amigo - ¡Es mía y puedo hacer lo que quiera con ella!

- ¡Está haciendo mal! ¡Está destruyendo la vida de Lucy!

- Larcade no sigas... - Susurre.

- Usted no volverá a maltratarla - ,Bajé la mirada cuando él me abrazó, no quería más problemas, ni que nadie salga perjudicado por mi culpa - Yo no permitiré que usted le vuelva a poner una mano encima.  

- Lucy, dile que se vaya...

Sentí mi labio temblar, la voz de mi madre me aterraba, y más cuando estaba agresiva.

- ¡Díselo!

Oí un balbuceo de mi pequeña, la miré y me encontré con sus ojitos pequeños y brillosos, llenos de inocencia y pureza.

- No.

No quería que ella viviera la misma vida que yo llevé, no quería que mi madre algún día la maltrate como hace conmigo desde que soy niña.

- ¡Lucy!

- ¡Es mi hija! - Observé a mi madre con rabia - ¡Es mía entiende! ¡Estoy harta de que trates de controlar mi vida! ¡De que trates de robarte a mi bebé!

- Puedes venir conmigo - Larcade acarició mi rostro - Te sacaré de aquí.

- Sí, sácame de este infierno... p-por favor..

Mi madre se dirigió a la cocina cuando correspondí al abrazo de mi amigo, haciéndole saber cual era mi decisión.

- Subiré por las cosas de mi hija y luego me iré contigo... - Larcade asintió.

- Sí - En ese momento mi madre volvió, pero ahora estaba con lágrimas amargas.

Tal vez le dolía que esta vez no esté de su lado, que haya decidido alejarme de ella.

- Mamá, yo te amo - Le dije con toda la sinceridad de mi corazón - Pero no soporto más la vida que llevo, tienes que cambiar si quieres que regresemos contigo -  Incluí a mi hija.

Ella no dijo nada.

- Mamá - Me acerqué dispuesta a abrazarla.

Pero ella me hizo a un lado de forma fría y se acercó a Larcade.

- ¡Mamá! - Grité con horror cuando apuñaló a mi amigo con un cuchillo.

.
.
.

Continuará*** 

"Cuando el peligro está en casa"  |Fanfic_FT|Where stories live. Discover now