Capítulo 4: Crecer

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Capítulo 4: Crecer

El tiempo puede llegar a ser tan imperceptible, que no te percatas que ya han pasado cinco años. Luego de aquel verano, las cosas se volvieron tan tranquilas que, poco a poco el omnitrix quedo en desuso. A pesar de que deseaba cambiar las cosas usándolo, pronto mis propias responsabilidades académicas consumieron mi tiempo. Al menos hasta que entré en secundaria, uno dice que los niños pueden ser crueles, pero los adolescentes pueden ser aun peor.

Muchas veces me vi tentado a usar el omnitrix para vengarme, pero me detenía. La venganza no era la respuesta, un héroe no debía dejarse llevar por el odio, su deber era poner el ejemplo. Muchas veces tenía que recordármelo tres veces al día cuando algo malo sucedía, pero si admitiré que muchas veces usé a XLR8 para irme rápido de allí. Pero no todo era malo, con las cosas malas también había buenas, los jóvenes en la secundaria eran de mente más abierta y cuando alguien intentaba meterse conmigo, solía aparecer alguien a ayudarme. Incluso me invitaron unirme al equipo de futbol.

Mi madre al final me inscribió en clases de defensa personal, ella nunca supo lo que ocurrió en el verano, no quería preocuparla y tanto Gwen como el abuelo estuvieron de acuerdo en guardar el secreto, incluso mi abuelo ofreció pedirle a Asmuth que me quitara el omnitrix para poder vivir una vida normal, pero me negué.

Otro suceso importante que se dio en esos años, fue que mi madre por fin logró conseguir una casa lo suficientemente grande para los dos, incluso invitó a mi abuelo a vivir con nosotros pero él se negó, no quería dejar su camper. Ya no tenerlo cerca fue algo muy extraño para mí, a pesar de que todas las tardes iba a visitarlo no podía negar que lo extrañaba, incluso extrañaba sus extraños platillos.

Pero el día que todo dio un giro fue la desaparición de mi abuelo. Acababa de regresar de un partido de futbol donde habíamos resultado ganadores, como cada tarde fui a verlo para contarle, pero no estaba allí. En su lugar, un ser extraño entró en el camper y apenas logré sacarlo de allí.

No supe que hacer, por lo que decidí buscar a Gwen, quizás ella viera algo que yo no.

Una segunda persona se nos unió, un viejo compañero de mi abuelo. Gracias a él dimos, con quienes pensaba que era el responsable de su desaparición, pero él no estaba allí. Pero en su lugar nos encontramos a un antiguo enemigo, Kevin Levin. Aquel chico alfa doble cara que ya nos había engañado antes.

El talvez pensó que no lo noté la forma en la que miraba a mi prima, pero si lo hice. Él no la conocía, pero cuando me enfadé la defendió como si llevaran juntos muchos años. Y Gwen estaba igual. Suspiré reconociendo los síntomas, quien diría que ambos resultarían ser destinados.

Aquel sentimiento que yo nunca podría conocer, por estar maldito.

Negué con la cabeza cortando esa línea de pensamiento, no era bueno para mí recordar aquello.

Al final logramos impedir que los caballeros eternos se hicieran con las armas, pero ¿Cuántas más tendrían escondidas? Aquello solo sería el inicio de un problema aún más grande.

Los niños plomero.

Mutaciones en los aliens.

Julie.

Ella fue mi primera relación serie, alguien con quien de verdad lo intenté. Pero ella era una omega y en mi corazón, a pesar de que la quería, siempre estaba la duda de si ella acabaría yéndose con su destinado, dejándome atrás.

A pesar de lo increíble y compresiva que era, aquel sentimiento impidió que pudiera darle mi corazón por completo.

Aun con todo, logramos derrotar a los DNAliens y recuperar al abuelo, que había quedado atrapado durante todos esos meses en el proyector; pero el omnitrix fue destruido en el proceso para derrotar a Vilgax y Albedo. Así obtuve el Ultimatrix, una nueva creación de Azmuth, que Albedo había robado de su laboratorio. Con los villanos derrotados, pensé que podría descansar, pero debí esperarme que no fuera así, pues, Jimmy Jones, mi auto proclamado fan n°1, logró descubrir mi identidad revelándola al mundo, así como también la de los plomeros.

Beta βDonde viven las historias. Descúbrelo ahora