Capítulo 29

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Kayn atravesaba lentamente el largo pasillo que conectaba al asteroide donde se encontraba el cementerio, de pronto observó una figura apoyada contra la pared en medio del pasillo. Soltó un suspiro de hastío y decidió ignorarla, pasó a su lado sin siquiera mirar a Jinx.

— Descuida, no le diré a nadie que viniste a llorar a los pies de una tumba — Jinx se puso a andar a su lado.

— ...

— Oh vamos, pense que dirías algo como: "¡Mi honor no me permite llorar!" o "Hace años que mis conductos lágrimales se estropearon por desuso"

— ...

Jinx se molestó un poco y decidió cortarle el paso, se puso frente a él y extendió los brazos a sus costados.

— Un par de palabras no estarían nada mal, ¿sabes?

— Haste a un lado antes que...

— ¿Qué que? — ella se acercó desafiante a él.

— Estas muy cerca — le dijo molesto y retrocedió instintivamente.

— ¿Te incomoda nuestra cercanía? — se acercó aún más. — Oh, ¿que gran hazaña abre hecho para ameritarlo?

Kayn levantó la comisura de sus labios izquierda y sintió una gran ola de calor subir a su cara en cuanto cierto recuerdo volvió a su memoria, pero disimuló tosiendo un poco mientras se cubría la boca con su puño derecho. Acto seguido siguió su camino empujandola.

— Bueno, como sea. Sabes que no te dejaremos en paz hasta recuperar a Sona — volvió a colocarse a su lado y se encogió de hombros.

— ...

— ¿Otra vez la ley del hielo?

— ...

— Bien, ¿sabes qué? Te daré una lección, te arrepentirás de ignorarme.

Kayn llegó al final del pasillo y las compuertas se cerraron a sus espaldas, dejando a Jinx sola. Tenía cosas más importantes que hacer ahora que seguir tolerando las acciones ridículas de una chiquilla hiperactiva. Primero debía supervisar el mantenimiento de la Corte de Fractal, luego entregar algunos informes retrasados y finalmente averiguar más datos sobre la extracción de ora y los depositos imperiales de este.

"Sí, así es. No hay tiempo que perder, los depositos imperiales son ricos en ora puro, seran muy útiles para absorver ora en gran cantidad"

— Lo serán, Rhaast.

"Ya era hora de que te tomaras todo esto más seriamente y dejes de lado las superfluas distracciones".

Kayn rodó los ojos.

"Empezaba a perder la paciencia y fe en ti".

— Tomé una decisión al reclamarte, y no me arrepiento de ello ahora. Para ganar algo se debe dejar ir algo a cambio, es entendible. Es como dijiste en Jonan, ahora veo quien soy realmente, no tengo más dudas sobre ello, necesitaba ver a Nakuri para tomar una decisión final.

"Bien, no te equivocaste, ya lo verás".

— Los sacrificios que haga para obtener el poder, todos valdran la pena.

Kayn llego a las atestadas calles del centro nuevamente y se encaminó a la estación de aerobuses. Antiguamente gustaba de compartir algunas actividades que la gente comun y corriente hacía, pues le hacía sentir que todo el trabajo que realizaba ayudaba a que todos ellos pudieran hacer todo ello sin preocupaciones y ayudar al desarrollo del Imperio; de alguna manera eso le traía paz. No obstante, ahora sólo decidió tomar un aerobus por obligación y estrategia: a esa hora estaban vacios y era el transporte más rápido para llegar a los cuarteles militares del Imperio. Caminar al lado de esas personas que antes le habían traído paz, ahora le parecía como caminar con el mejor traje en medio de un pantano putrido.

Los cuarteles eran realmente imponentes no solo por las enorme paredes de blindaje gilliano, sino tambien por las numerosas torretas que había en su interior, cada una destinada a alguna área de la milicia. Las murallas tenían forma octogonal, pero constantemente toda la estructura cambiaba de lugar y rotaba entre si, todo para proteger secretos del imperio y disuadir a posibles invasores. 

— Ordinal Shieda Kayn — se presentó en la entrada frente a un mecaluchador alto y delgado, muy parecido a un humano pero muy resistente y letal.

El mecaluchador proceso menos de una milesima de segundo, escaneo con una luz azul a Kayn y luego este se volteó para que lo escaneara en la espalda.

— Ordinal Shieda Kayn, autorizado y verificado — dijo con una voz marcadamente robotica y se movió a un costado, dejando libre la entrada.

Las enormes puertas se separaron y dejaron que Kayn ingresara con paso firme. Por dentro la estructura era aun más grande, había naves de todo tamaño sobrevolando el campo y podía verse algun que otro oficial caminando por los diversos pasillos, edificios y patios en movimiento aparentemente aleatorio. Escuchó como las puertas se cerraban a sus espaldas.

— Vaya, esto es impresionante.

Kayn giró la cabeza inmeditamente en dirección de la voz, con una mirada claramente sorprendida. Se encontró con Jinx mirandolo con una sonrisa maliciosa.

— ¡¿Qué crees que estás haciendo aquí?! Sólo oficiales de...

— Lo sé, lo sé — dijo moviendo la mano restandole importancia a todo. Le guiñó un ojo. — Mira bien, le estas hablando a una oficial imperial, cariño.

Kayn bajo la mirada y vio que, efectivamente, ella portaba el impecable uniforme azul marino de una teniente de infanteria imperial; el saco de sastre y la falda en tubo eran exactamente iguales a los uniformes imperiales, además Jinx se había desecho las trenzas y ahora llevaba el moño reglamentario.

— Es suficiente, llamaré a los guardias y...

— Yo que tu no lo haría — su sonrisa se ensanchó — apuesto que preferírias el ahorrarte tener más prisioneros bajo tu cargo, además puede que mi fragil cuerpo no soporte la prisión y se me escapen algunos datos de lo que ví en nuestro adorable viaje juntos y tu interes en Sona...

"Los muertos no hablan, Kayn, si sabes a que me refiero..."

— No puedo matarla ahora mismo, Rhaast, hay camaras y testigos por doquier — susurró.

— Sé que prefieres afrontar cargos de traición por meter a alguien ajeno a los cuarteles a que más personas metan las narices en tus negocios respecto a Sona.

Kayn apretó fuertemente la mandibula, intentando recordar si había un punto ciego en medio de tanta vigilancia para matarla de un sólo movimiento.

— Descuida, tu Jinxy es la mejor: ¿cómo crees que logré entrar? Este uniforme y mis identificaciones son autenticas, sólo tuve que hackear al mecaluchador de la entrada a distancia, eso no fue nada facil, pero heme aquí. Llamame Teniente Rofra Hitris.

Kayn la miro como se miraría a una persona completamente loca bañada en su propia saliva y a punto de saltar desde una nave en movimiento al espacio exterior.

— ¿Qué? ¿no te gusta? Era el unico nombre que estaba disponible.

— Lárgate antes que...

— ¡Oficial mecaluchad...!

Kayn le sujetó los cachetes con su mano derecha e hizo que se mordiera la lengua, interrumpiendo su llamado.

— ¡Cierra tu boca! Te escucho, ¿qué es lo que quieres de mí? ¿Oro, naves, algún favor? — la miro con los ojos excesivamente abiertos, reflejando la poca cordura que le quedaba a esas alturas.

— Te dije que te arrepentirías de ignorarme — sonrió descaradamente. — Como todo buen ordinal sé que tienes muchos lugares a los que ir y personas a las que visitar: quiero que me lleves a todos y cada uno de ellos.

Blanco y negro (Kayn x Jinx) (Yasuo x Sona)Where stories live. Discover now