• Bedervelige •

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Las sospechas de Loki iniciaron el día en que sus hermanos unieron a su pequeña pandilla a Thor, el asgardiano adoptado por su padre, el cual por mucho tiempo habían menospreciado debido a que este no era de su misma sangre o raza. Además, por el hecho de que solía opacarlos brillantemente ante su padre gracias a sus grandes cualidades de guerrero. El blondo inocentemente se había alegrado por finalmente ser aceptado por los otros dos miembros de su familia, e incluso se atrevió a afirmar que el pelinegro solo estaba celoso por la atención que estaba obteniendo de ambos jötnar menores. Pero el hijo de Odín no podía estar más equivocado.

Loki nunca sintió algún tipo de cariño o empatía hacia Helblindi o Býleistr. En la época en la que ambos nacieron, ninguna emoción de alegría lleno el corazón del primogénito de Laufey. Para él, ambos gigantes eran tan insignificantes como un desconocido con el que se topa al transitar fuera del hogar. Ninguno de los dos eran agradables a la vista, mucho menos simpáticos o interesantes. Simplemente eran unos malcriados que se salían con las suyas gracias por sus aptitudes de combatientes y jötnar bien formados. Por otro lado Thor tenía un montón de cualidades que lo hacían digno de llamar hermano, agregando el factor de que se habían criado juntos desde edad temprana y por mucho tiempo había sido la única familia que tenían. Por eso mismo no quería que sufriese algún daño a causa de alguna broma pesada hecha por sus parientes, y aunque nunca lo admitiría en voz alta, tampoco ansiaba que apartaran al asgardiano de su lado.

Su nodriza pareció llegar a adivinarlo por su cuenta, el día en que el jötunn runt* le revelo sus inquietudes. Quien le había criado se rio de ello, alegando que no debía dejarse llevar por dañinos pensamientos. Thor iba a estar bien. Simplemente por fin estaba creando lazos con quienes por mucho tiempo se llevó tan mal.

- Ese tipo de cosas suceden - Le informo, peinando los largos cabellos de su príncipe con el mayor cuidado posible - Personas que anteriormente eran tus rivales, les llega un poco de razón y consideran la idea de conocerte mejor.

El heredero al trono asintió dudoso, tratando de convencerse a sí mismo que posiblemente se trataba de ello y sus miedos eran solo a causa de celos. Pero su corazón continuaba comprimiéndose dolorosamente, advirtiéndole que algo ruin estaba sucediendo.

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Los meses transcurrieron con lentitud tortuosa. Desde que el antiguo Odinson prefería compartir más tiempo con sus hermanastros de gran estatura, Loki no disfrutaba mucho de su soledad. Generalmente ambos mayores hacían todo juntos: Estudiar, practicar en el campo de batalla, comer, bañarse y hasta dormir juntos envueltos en variadas mantas de piel; entre otras actividades. Ser solo uno provocaba que se sintiese incompleto, y cuando pensó que no podía empeorar más, La repentina noticia de que este se iba por largos meses de caza con Helblindi y Býleistr lo destrozo completamente.

- ¡Ir de caza por dos largos meses solo con ellos! - Le reclamo el de cabellos más largos, golpeando involuntariamente el musculoso abdomen contrario - ¿Qué hay de mí? Por mucho tiempo solo fuimos los dos, y ese era nuestra actividad especial para...- Calló abruptamente al recordar a su familia de espectadora. Por más molesto que estuviese, no podía revelar el oscuro pecado que ambos compartían cada verano que salían a, supuestamente, atrapar presas - ¡Me estas descuidando!

- Loki, no te lo tomes así - Intento calmarlo su hermano adoptado, posicionando una de sus manos sobre su mejilla y comenzando a hablar en voz más baja - Te prometo que después de este viaje retornare para estar el mayor tiempo posible contigo. Además, estoy más que seguro que lograre convencerlos para que también te acepten. Les he estado hablando maravillas sobre ti.

Finalmente el de cabellos negros acepto la posibilidad de que sus familiares menores tenían buenas intenciones. Confió en Thor. El día de su despedida no pudo evitar derramar un par de lágrimas ante su partida. Lo extrañaba demasiado. Echaba de menos lo que solía ser su relación. El asgardiano lo reconforto besándolo profundamente y dándole una bella sorpresa: de su cinturón libero su cuchillo y corto uno de sus preciados cabellos rubios, para después trenzarlo. Seguidamente, tomo la delicada mano ajena y lo posiciono en su dedo anular como un improvisado anillo.

Masters of none [Thorki]Where stories live. Discover now